
El secesionismo no soporta el castellano y todo lo que huela a España, es una cuestión de rencor recalcitrante hacía cualquier cosa que les recuerde la realidad, que Cataluña es una región española más.
El castellano está arrinconado en la comunidad autónoma pese a ser el más utilizado por los catalanes según encuestas propias de la Generalitat.
En la segunda ciudad de Cataluña, L’Hospitalet de Llobregat, tenemos un nuevo ejemplo de persecución hacía el castellano. Unos radicales han vandalizado unos carteles del ayuntamiento que estaban escritos tanto en castellano como en catalán. Ambos idiomas oficiales de Cataluña.
“En Hospitalet la publicidad y la información del Ayuntamiento la queremos en catalán. Este trabajo no lo deberíamos hacer los ciudadanos, los políticos catalanes deberían hacer leyes de protección y normalización del catalán y si no se cumple multas fuertes, como cualquier país normal del mundo”, sentencian los radicales bajo el nombre de ‘Almogàvers’.
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