El pasado viernes el PSC (del alcalde Rubén Viñuales, ex portavoz de Cs), ERC y Comuns, presentaban en Tarragona una moción de adhesión al “Pacte Nacional per la Llengua” que fue aprobada con los únicos votos en contra de PP y VOX. Dicho pacto, según sus propias palabras, marca la hoja de ruta del catalán hasta el año 2030 y ha sido promovido con el acuerdo del PSC, ERC, Comuns, Òmnium Cultural y Plataforma per la Llengua, entre otras entidades.
Por parte del PSC es una concesión más a las tesis separatistas en materia lingüística, una nueva vuelta de tuerca en la imposición de la “llengua” en todos los ámbitos. En el mismo se prevé además, dedicar la friolera de 200 millones de euros anuales a la aplicación de dicho plan. Ahora el PSC de Illa, dentro del proyecto de ley del taxi, obligará a los taxistas y conductores de VTC a tener el nivel B1 de lengua catalana, según informaban hace unos días los talibanes lingüísticos de “Plataforma per la Llengua”, promotores de dicha iniciativa.
Y por si esto fuera poco, como ustedes saben, el Gobierno de Sánchez y Junts han anunciado que promoverán una reforma legal para que las empresas de toda España tengan también la obligación de atender a sus clientes en catalán, algo que además de absolutamente delirante, atenta claramente contra la Constitución y la libertad de empresa. Y a nosotros que nos importan esas minucias, dirán ellos, si está en juego el sacrosanto dogma de la “llengua”.
Volviendo a la moción aprobada en Tarragona de adhesión a dicho “Pacte Nacional per la Llengua” y más allá de lo que propiamente significa (sobre lo que ya se ha escrito bastante), me gustaría centrarme ahora en un hecho, para mí relevante que ha pasado desapercibido, y es que dos de las personas que han apoyado este “Pacte”, el actual alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales y la actual teniente de alcalde Sonia Orts Leiva (ambos ahora del PSC), fueron hasta el año 2021 dos destacados dirigentes de Ciudadanos (Cs) y concejales de dicho partido en el Ayuntamiento de Tarragona. Viñuales encabezó la candidatura de Cs por Tarragona en los años 2015 y 2019 ( la época dorada de Cs), en ambas elecciones obtendrían 4 concejales, siendo uno de estos concejales la citada Sonia Orts.
Decir que ambos abandonaron el barco de Cs al grito de «¡sálvese quien pueda!» Cuando allá por el año 2021, este partido empezó a hacer agua y parecía evidente que no tardaría en hundirse. De hecho tras las elecciones municipales de 2023 Ciudadanos no obtuvo ningún concejal en la provincia de Tarragona.
Lo curioso es que Viñuales (al igual que su correligionaria Orts) durante toda su larga etapa como concejal y portavoz de Cs en el Ayuntamiento defendió a ultranza y con entusiasmo el bilingüismo institucional efectivo, la libertad de usos, el poner fin a la inmersión lingüística y que el español fuera lengua vehicular. Y acusaban al gobierno de la Generalitat y del Ayuntamiento de impulsar políticas absolutamente excluyentes respecto a los castellanohablantes. Pues bien, por seguir disfrutando de las mieles del poder y como aquel que no quiere la cosa, de la noche a la mañana, pasaron a defender con entusiasmo todo lo contrario.
En abril del año 2016, siendo Viñuales portavoz de Cs, presentó y defendió en el Pleno una moción que llevaba por título «En defensa de la cooficialitat de les llengües a Catalunya i de reconeixement de la seva pluralitat lingüística” (en Tarragona es obligado presentar el texto de las mociones en catalán) en la que venían a defender lo antes expuesto. En su defensa incluso reprochó al PP tener poca firmeza en la defensa del bilingüismo.
Y miren lo que decía, según recogía el Diarimés (27-11-2017), en una rueda de prensa en la que aparecía acompañado por Sonia Orts y en la que defendía implementar medidas en defensa del bilingüismo: “El portavoz municipal de Cs, Rubén Viñuales, ha recordado que «el bilingüismo es una medida que Ciutadans ha defendido con firmeza desde que entrara en el consistorio en 2015». Y añadía: «hablar catalán y castellano es lo normal en Cataluña», por eso, «los ciudadanos tienen que ser libres a la hora de escoger la lengua en la cual quieren dirigirse a la Administración».
Cuando Viñuales renunció a su cargo público en el consistorio tarraconense (para pasar unas semanas después al PSC), envió una carta a todos los afiliados de Cs en Tarragona, en la que justificaba su decisión diciendo que él no había cambiado su posición política sino que era Cs quien había mutado en estos años, ¿Cabrá más desvergüenza?
Luego, como no, han hecho lo mismo defendiendo todas y cada una de las lacerantes cesiones al separatismo por parte de Pedro Sánchez y de Illa; quienes, por otro lado, como él nos dan pruebas cada día de su gran falsedad, hipocresía y cinismo.
Tampoco me quiero olvidar aquí, del alcalde de Badalona, García Albiol del PP, quien teniendo mayoría absoluta en el Ayuntamiento, supongo que afectado por el virus nacionalista que tanto pulula por Cataluña, también se ha adherido al infame “Pacte Nacional per la Llengua”. ¿No defendía también usted el bilingüismo? ¿Por qué no alza su voz para que en Cataluña se cumplan las sentencias judiciales y el español sea lengua vehicular en la enseñanza? ¿Por qué no defiende usted que en su ciudad se respete la libertad y hable la gente lo que quiera? Cuando además, la lengua propia y claramente mayoritaria de los ciudadanos de Badalona es el castellano, siendo estos muy mayoritariamente los que le han votado. Por cierto, Sr. Albiol, ¿qué hacen ustedes cada año, asistiendo el 15 de octubre, a rendir homenaje (en el monolito que tiene en su ciudad) a un siniestro personaje como fue Lluís Companys?
En fin, antes y ahora, aquí y allá, la política se ha convertido para muchos en un estupendo modus vivendi por el que son capaces de sacrificar los principios (si es que alguna vez los han tenido) y lo que haga falta. Suelen además, ser personajes con dudosa capacidad y mérito dentro de la iniciativa privada, que ven en la política de partido y en la demagogia una oportunidad para lograr cargos públicos con los que arreglarse la vida, ya sea como asesor, concejal, diputado, senador, alcalde o presidente de Gobierno. Esto es lo que hay… pero aun así habrá que recordarlo y denunciarlo cada día, pues debería ser algo inaceptable. Bueno, al menos eso es lo que piensa un pobre diablo de la Resistencia al nacionalismo, que se ha movido siempre en las trincheras, como yo.
Salvador Caamaño Morado (presidente de la Coordinadora de la Resistencia Cívica)
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