
Erich Fromm (1900-1980) fue un psicoanalista alemán partidario del socialismo democrático, se instaló en Estados Unidos en 1934 tras el ascenso al poder del partido nazi. Publicada en 1941, El miedo a la libertad es una de sus obras más conocidas. Decía que “si queremos combatir el fascismo, debemos entenderlo”. Y que la libertad no es sólo ausencia de presión sino también presencia de algo. Las condiciones sociales y económicas ejercen influencia sobre los factores ideológicos a través del carácter. Fromm refería la ‘adaptación dinámica’ de un niño que se somete a las órdenes de un padre severo y amenazador –porque le teme demasiado para proceder de otra manera- y se transforma en un ‘buen’ chico.
Sostiene Fromm algo sobre ese niño: “Puede desarrollar una intensa hostilidad hacia su padre, y reprimirla, puesto que sería demasiado peligroso expresarla o aun tener conciencia de ella”. Tal hostilidad reprimida “puede crear una nueva angustia y conducir así a una sumisión aún más profunda; puede hacer surgir una vaga actitud de desafío, no dirigida hacia nadie en particular, sino más bien hacia la vida en general”. Este penoso juego de sumisión, inseguridad, hostilidad y rebeldía alcanza también a las sociedades como tales. Apliquemos la imaginación.
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