Con el fin de poder comparar con otros sistemas electorales agrupamos todos los votos a cada candidatura, como si realmente hubieran todos colaborado en la consecución de los diputados y calculamos costes medios e IPV (Índice de poder de voto). El resultado lo tenemos en el cuadro 4. Es un cuadro que facilita la comprensión. Se ve perfectamente como los partidos beneficiados por el sistema electoral son los tres mayoritarios.
Que sean tres es novedoso y eso es debido al numero bajo de circunscripciones y la gran diferencia entre la mayor (Barcelona) y las otras tres. A la par el hecho de que en esta ocasión ERC y PDECat hayan ido por separado y sus resultados sean igualados y casi la mitad de lo que consiguieron juntos situándose ambos como los dos más votados en las dos provincias más sobrerrepresentadas, mientras C’s gana en las otras dos –infrarrepresentadas-.
Aun viéndolo en conjunto las diferencias de costes medios por diputado así como los IPV de los votantes son importantes, aunque queden en un intervalo menor. Si el análisis real (cuadro 3) el IPV fluctuaba entre 0,68 y 2,52, es decir que son aún más distorsionados que los valores asignados antes de la votación (censo, cuadro 1: 0,84 a 1,99).
En el análisis de conjunto (cuadro 4) fluctúa entre 0,52 y 1,16 suavizándose la sobrevaloración de las tres candidaturas mayoritarias al compensar los diputados obtenidos en Barcelona y Tarragona su alto coste (infravaloración) el bajo coste de los obtenidos en Lérida y Gerona (sobrevaloración). Dicha compensación no se da en el resto de partidos ya que obtienen casi todos sus diputados en las provincias de Barcelona y Tarragona. C’s aunque partido más votado es el que menos se beneficia del sistema al concentrar sus votos en Barcelona la más infrarrepresentada.
Es evidente que votar PSC, CatComú, CUP o PP en Cataluña es tener menos poder que los que votan a JxCat, ERC o C’s. Pero lo más grave es que votar a otras opciones es su condena a la marginalidad: PACMA, Recortes Cero, PUM+J.
Propuesta de reforma electoral.
Ni es la primera, ni será la última vez que lance esta propuesta: Solo con un sistema electoral con circunscripción única se resolverá el problema de representación.
La circunscripción electoral única permite que el valor de cada voto sea idéntico, en torno a uno (IPV=1) y que el coste medio por diputado sea similar en prácticamente todos los escaños.
Una vez establecida la circunscripción única es necesario eliminar la exigencia de un mínimo del 3% para obtener representación sobre todo teniendo en cuenta que con 135 escaños, cada uno cuesta un 0,74% de los votos.
Y finalmente se puede optar por seguir usando D’hondt o sustituirlo por Hare como método de reparto y asignación, que es mi propuesta.
Veamos el resultado si se hubiera utilizado en estas elecciones y comparémoslo con el sistema actual.
La composición del Parlament habría cambiado, no radicalmente pero si de forma determinante. El vencedor de las elecciones seguiría siendo Ciudadanos con 3 escaños menos pero también sus inmediatos seguidores JxCat y ERC habrían perdido 5 y 3 escaños respectivamente. En cambio el resto de candidaturas tendrían más representación subiría 2 escaños, PP tendría 3 diputados más y CatComú y CUP conseguirían 2 escaños más cada una. Así mismo PACMA y Recortes Cero obtendrían representación con un diputado cada una. PACMA en el primer proceso de asignación directa y Recortes Cero por restos.
Explicar el sistema de calculo para la asignación de datos actual es tan complejo que precisaría mucha extensión, lo mismo que el sistema D’Hondt. Nadie pregunta o pone en duda es sistema aceptándolo como “verdad legitima”.
Obsérvese que el sistema de Circunscripción única propuesto tiene dos fases muy simples:
- Se asignan tantos escaños como el resultado entero de dividir los votos de cada candidatura por la media total de votos validos. Media total 32.184
- Calculado el número de escaños pendientes de asignar, se calculan los restos de cada candidatura y se ordenan de mayor a menor asignándose uno a los ‘n’ primeros según los escaños pendientes. En este caso n=4.
Puede como siempre alarmar el escaño que se asigna a Recortes Cero por sus 10.114 votos; pero si se compara con los 14 escaños asignados con el sistema actual por un valor algo superior a 12.000 votos puede que se reconsidere el problema. Con la circunscripción única tan solo 4 escaños valen menos de la media; con la actual son 49 por debajo de ese valor.
Otro dato a tener en cuenta. El sistema actual deja a 146.785 votantes (activos) sin representación, con la circunscripción única tan solo 573 votantes estaría en tal circunstancia.
La asignación de escaños a las provincias se puede adaptar a los votos obtenidos en ellas o incluso garantizar una representación superior. Pero lo importante es que el voto de todos ha valido lo mismo y ningún voto es desperdiciado –los mínimos-.
En el cuadro 6 podemos ver la horizontalidad tanto de los costes medios por escaño como el Índice de Poder de Voto de los ciudadanos en la propuesta de Circunscripción Única frente a la variabilidad/desigualdad del actual sistema. En todo caso la excepcionalidad se da en un solo escaño y de un partido minoritario. Excepcionalidad que no tiene por que darse siempre; aunque si se da sería siempre en este segmento.
Conclusión
Se hace perentoria una reforma electoral en España en general y en Cataluña en particular. Oiremos muchos cantos de sirena y propuestas bienintencionadas. Los primeros queriendo llevarnos a sistema muy europeos como el inglés o el francés (ambos sistemas mayoritarios) o al alemán que con su 5% de mínimo genera mayor desproporción. Los bienintencionados proponiendo ajustar el número de escaños por provincia (Rafael Arenas, ver cuadro 1, se olvida de PACMA en su supuesto, no pone en cuestión el 3%) lo que generará otras discriminaciones y mantendrá diferencia en valor del voto, además de que el número de no representados será igualmente alto.
Tal vez debamos aprender de Holanda y su sistema de Circunscripción Única. Ciertamente la creación de mayorías gubernamentales exigirá la sana costumbre de dialogar para llegar a acuerdos. Cosa que parece costar mucho a nuestros políticos que preferirían evolucionar a sistemas menos proporcionales y por tanto de corte mayoritario.
La propuesta completa en mi ensayo: “El valor real del voto”
Vicente Serrano. Presidente de Alternativa Ciudadana Progresista y miembro de Foro de las Izquierdas No Nacionalistas.
Nou Barris. Barcelona. Diciembre de 2017
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.