Junts per Catalunya ha escenificado una supuesta ruptura con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en Madrid, pero la verdad de sus intereses reside en la red de poder que mantienen en España. Carles Puigdemont ha optado por el doble juego: disidencia retórica a nivel político, pero lealtad a los sillones estratégicos.
La supuesta rotura del pacto con Pedro Sánchez es un movimiento más dirigido a su electorado que a una acción política real. La prueba más evidente es el mantenimiento de sus consejeros colocados en las grandes empresas públicas del Estado.
Junts conserva sus peones en puestos de alta remuneración, asegurados en su día gracias a su acuerdo con el PSOE. Hablamos de figuras clave como Miquel Calçada en el consejo de RTVE o Ramon Tremosa en AENA.Tremosa, exeurodiputado de Convergència i Unió (CiU) y ex ‘conseller’ de Empresa, cobra un sueldo considerable en AENA, a pesar de haber calificado previamente a la compañía de gestión «colonial» y «soviética». Una contradicción flagrante entre el discurso y el beneficio personal.
La lista de cargos es extensa. Se suman Eduard Gràcia en Renfe, Elena Massot en Enagás y Pere Soler en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Este blindaje de cargos, con sueldos anuales que en muchos casos superan los cien mil euros, revela una prioridad política clara. Para Puigdemont y Junts, estos contactos en la élite empresarial son mucho más valiosos que un ejercicio de coherencia parlamentaria.
El objetivo final es tejer una sólida red empresarial que sirva de apoyo financiero y estratégico a Junts en Cataluña. Esta estructura de poder es crucial ante dos amenazas directas que crecen en su espacio político. En primer lugar, la irrupción de Aliança Catalana, el partido de extrema derecha independentista que atrae al electorado más radicalizado. Junts necesita demostrar músculo de gestión y capacidad de influencia real frente al populismo emergente.
En segundo lugar, la llegada a la Generalitat del PSC. Los socialistas, con Salvador Illa a la cabeza, han consolidado su posición en el gobierno autonómico Esto amenaza la hegemonía nacionalista de Junts. Al mantener a sus afines en las empresas estratégicas, Junts asegura vías de información y potenciales apoyos en el tejido económico. El discurso de ruptura en el Congreso es secundario si la verdadera red de poder y las nóminas de sus dirigentes se mantienen intactas.
NOTA DE LA REDACCIÓN: elCatalán.es necesita su apoyo para seguir con nuestra labor de defensa del constitucionalismo catalán y de la unidad de nuestro país frente al separatismo. Si pueden, sea 5, 10, 20 euros o lo que deseen hagan un donativo aquí.
necesita tu apoyo económico para defender la españolidad de Cataluña y la igualdad de todos los españoles ante la ley.
















