Sigue el clamor popular de muchos vecinos de L’Hospitalet de Llobregat contra la inseguridad provocada por la inacción del alcalde David Quirós (PSC), que ha convertido a la segunda ciudad de Cataluña en un espacio de impunidad para los delincuentes que campan a sus anchas. El PP ha difundido en redes una convocatoria organizada por unos vecinos para que este jueves 25 de septiembre, de 22:00 a 22:10, haya una cacerolada para protestar contra la delincuencia y el incivismo.
Y es que la preocupación por la seguridad ciudadana en L’Hospitalet de Llobregat ha alcanzado niveles alarmantes. Vecinos de barrios como La Florida, Torrassa, Collblanc, Santa Eulalia y Bellvitge denuncian un incremento constante de robos, peleas y actos vandálicos, mientras el gobierno municipal encabezado por el socialista David Quirós se mantiene inmóvil ante las reclamaciones de refuerzo policial.
La sensación de impunidad se extiende entre los residentes, que advierten que salir de casa de noche se ha convertido en un riesgo innecesario. En Bellvitge se han organizado varias patrullas vecinales para detectar delincuentes y hace unas semanas se celebró una exitosa manifestación que reunió a más de un millar de vecinos.
El canal de YouTube BCN a pie de calle ha puesto el foco en esta realidad con tres vídeos que se han hecho virales, en los que se recogen testimonios de vecinos hartos de la situación. En ellos se puede ver cómo los delincuentes actúan con total impunidad en zonas especialmente conflictivas de Bellvitge, La Florida, Torrassa Collblanc. Estas imágenes han servido para dar visibilidad a un problema que, según los propios vecinos, el Ayuntamiento intenta minimizar mientras la inseguridad sigue creciendo.
Desde la oposición, PP y VOX han exigido públicamente al alcalde David Quirós que adopte medidas urgentes y eficaces o que presente su dimisión. Ambas formaciones acusan al gobierno local de abandonar a los vecinos y de estar más preocupado por preservar una imagen de normalidad que por garantizar la seguridad en las calles. Reclaman un plan de choque con más presencia policial, cámaras de videovigilancia y tolerancia cero ante la delincuencia.
Las estaciones de metro que atraviesan L’Hospitalet, especialmente las de Avenida Carrilet, Bellvitge y Torrassa, todas de la Línea 1, se han convertido en focos recurrentes de robos y peleas. Usuarios denuncian que la inseguridad se ha normalizado y que los carteristas operan a plena luz del día, sin temor a ser detenidos. Este clima de violencia e impunidad ha provocado que muchos vecinos eviten el transporte público por miedo a ser víctimas de un delito.
Barrios como Santa Eulalia y Collblanc tampoco escapan a esta degradación de la convivencia. Comerciantes locales aseguran haber sufrido múltiples hurtos y amenazas en los últimos meses, lo que está afectando gravemente a la actividad económica. Los residentes lamentan que el Ayuntamiento no solo no haya reforzado la seguridad, sino que tampoco haya abierto canales eficaces de diálogo con los afectados.
Mientras tanto, la plantilla de la Guardia Urbana de L’Hospitalet continúa trabajando en condiciones precarias, con escasos efectivos para cubrir turnos y patrullas insuficientes para garantizar la seguridad en todos los barrios. Los agentes denuncian que, sin un refuerzo urgente de medios humanos y materiales, será imposible revertir la actual situación de inseguridad. La falta de apoyo institucional ha minado la moral del cuerpo, que se siente abandonado por el gobierno local.
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