En declaraciones al programa Converses de COPE Catalunya i Andorra, Carles Tusquets, empresario, financiero, presidente del Banco Mediolanum y aspirante a la presidencia de la Cambra de Comercio de Barcelona en las pasadas elecciones, ha asegurado que “se vulneraron los derechos fundamentales” de los socios de la Cambra en las elecciones del pasado 8 de mayo.
“Si no hay igualdad de derechos entre quién votó presencialmente y quien votó remotamente, porque uno tenía más garantías que el otro, estamos vulnerando el artículo 14 de la Constitución”, ha afirmado, en alusión a que no se pedía un código de un solo uso para votar digitalmente.
Por ello, ha confirmado su impugnación de los resultados ante el TSJC, que “no va contra ninguno de los candidatos, sino contra el sistema con el que se han celebrado las elecciones”. Tusquets ha confirmado que felicitó a Canadell, el candidato ganador de los comicios, por la movilización de los socios independentistas, pero ha recordado que “solo le votó el 1,6% del censo de la Cámara y el 39% de los participantes” con lo que “la mayoría de electores no votó la candidatura avalada por la ANC”.
Para Tusquets, la Cambra de Comerç tiene que ser “un contrapoder que le diga al gobierno en cuestión como legislar para que los empresarios nos sintamos cómodos para invertir en Cataluña y se creen puestos de trabajo” y es importante que la cambra no se convierta en “una estructura de Estado para la república”, como anunció durante la campaña la plataforma ganadora.
En ese sentido, ha asegurado que si la Cambra “no busca alianzas de amistad y alineamiento con otras regiones españolas, con Marruecos, Francia, Europa y Madrid, Barcelona perderá mucho” y se alejará de volver a ser “la capital económica del Mediterráneo y bicapital de España”.
Por otro lado, el empresario ha pedido “no demonizar a la gran empresa” porque “aparte de invertir en el territorio y crear puestos de trabajo directo, multiplica por nueve los indirectos creando pymes y micropymes que se benefician de las multinacionales que invierten en nuestro territorio”.
Para Tusquets, Barcelona, “que es más marca que Cataluña”, tiene que ser una ciudad “business friendly” y para ello se deben bajar los impuestos: “La presión fiscal que tenemos los empresarios en Cataluña es la más grande de Europa”, ha afirmado.
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