Nacido en 1886 (igual que su camarada El Noi del Sucre) y natural de El Bierzo, Ángel Pestaña llegó a Barcelona en 1914. Con 14 años de edad ya era huérfano de padre y madre y llevaba tres años ganándose la vida. Bajó a la mina, fue calderero y trabajó en ferrocarriles. Hombre observador y meticuloso se hizo relojero.
Fue director del diario Solidaridad Obrera y secretario general de la CNT. Rechazó por dos veces ser ministro de la República y murió tuberculoso en 1937. Los pistoleros de la patronal estuvieron a punto de asesinarle en 1922. Condenó sin paliativos el terrorismo obrero, “hechos repugnantes, sin justificación alguna”: “es inútil acumular odios. Sobran los que hay”.
En 1920 viajó a la Rusia soviética, donde estuvo 70 días. Representaba a sus compañeros anarcosindicalistas, que lo habían elegido para decidir su incorporación a la III Internacional. Su informe fue negativo.
En conversación con Lenin, Ángel Pestaña sostuvo que la mayoría de delegados “apostrofan, insultan e injurian a los hombres de servicio en el hotel, porque no están siempre a punto para satisfacer sus más insignificantes caprichos. A hombres y mujeres del pueblo los consideran servidores, criados, lacayos”. “¿Con qué derecho hablan de fraternidad?”, concluía.
Puede comprar el último libro de Sergio Fidalgo ‘Usted puede salvar España’ en este enlace de Amazon. Y ‘El hijo de la africana’ de Pau Guix en este enlace de Amazon.
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.