La voluntad totalitaria y manipuladora del secesionismo comienza a calar en la opinión pública internacional. El aluvión de medios extranjeros (Foreign Policy, Washington Post, Frankfurter Allgemeine, Associated Press, Libération, etc) que ofrecen la auténtica cara de los partidos soberanistas están mermando los escasos apoyos exteriores de los que gozaba el Gobierno de Carles Puigdemont.
Ni la Unión Europea, como dejó claro el pasado viernes Jean Claude Juncker, ni ningún país de importancia del mundo democrático, quiere saber nada del proceso secesionista. Todos ellos apoyan al Gobierno de Mariano Rajoy para que se respeten las leyes de un gran país democrático, España.
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