La gran polémica cultural en Cataluña en los últimos días es la censura que una alcaldesa del PSC ha practicado sobre una de las canciones más populares de la cultura catalana, la habanera ‘El meu avi’. Lo que ha sido aprovechado por Silvia Orriols, alcaldesa de Ripoll, para lanzar una pulla a la izquierda catalana que ha aplaudido esta cancelación.
La Cantada de Habaneras que cada año se celebra en Calella de Palafrugell no acabará, como es tradición, con ‘El meu avi’ por primera vez en 48 ediciones. El motivo es la polémica generada por el documental de TV3 ‘Murs de silenci’ que vincula a su compositor, Josep Lluís Ortega Monasterio, con la explotación sexual de menores. Y Laura Millán, alcaldesa socialista de Calella, ha decidido cancelar esta mítica canción.
Orriols ya ha dicho en su perfil de X que «me llaman autoritaria a mí, pero os privan de habaneras míticas. Tendréis que venir a Ripoll a cantar ‘El meu avi’. Su superioridad moral no tiene límites». La izquierda catalana se lo pone fácil a la lideresa de Aliança Catalana, que sigue sumando votos a costa de los errores de los demás. Intentar cancelar una canción tan popular por las culpas de su autor es algo que una parte importante de la sociedad catalana ni comparte, ni entiende.
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