
La pasada madrugada, víspera de la fiesta patronal de Santa Tecla en Tarragona, unos desconocidos vandalizaban, por cuarta vez, en poco más de un año, la fachada de la tienda de la cadena ‘Sabor a España’ situada en la calle Mayor de esta ciudad. Y aunque al final los responsables de la empresa parece que habían desistido de volver a restaurar el logotipo de la fachada, dado que había sido destrozado en tres ocasiones, los bárbaros totalitarios no contentos con esto realizaban una pintada en gran formato donde puede leerse «Puta España».
Sin duda, el odio a España, por parte de unos descerebrados, es lo que está detrás de dichas vandalizaciones. Presuntamente todo apunta a que los autores de esta “proeza” neonazi son miembros de la izquierda radical separatista (del entorno de la CUP) que residen en la parte alta de la ciudad. Pues, al menos en la primera vandalización algunos miembros de estos colectivos sacaron pecho, por la realización de dicha execrable tropelía, en redes sociales y las dos siguientes vandalizaciones han seguido el mismo patrón.
Y es que son varias generaciones las que han crecido en Cataluña incubando el odio a España. Y ser antiespañol y odiar a España, tanto entre la izquierda como entre la derecha secesionista, parece tener en la actual Cataluña, marchamo de ‘progresista’.
El poeta izquierdista catalán Joan Salvat-Papasseit en 1924, poco antes de morir, escribirá: “Cal, doncs propulsar l’odi contra Espanya o deixar d’existir” [Es necesario propulsar el odio a España o dejar de existir]. Poeta al que, cómo no, incluyen los planes de estudio de la Generalitat y un colegio en Barcelona lleva su nombre. Aunque cosas muy similares es frecuente escucharlas, como decía, en los ambientes (a diestra y siniestra) más fanatizados y supremacistas del separatismo catalán. Son todos aquellos a los que la palabra «España» les produce urticaria. Bueno, urticaria no, lo siguiente.
Ayer, a última hora de la tarde, me personé en la tienda, como ya hice en otra ocasión anterior, para mostrar mi solidaridad a la empresa y a las dos jóvenes empleadas que me atendieron muy amablemente. Les pregunté si habían presentado ya la correspondiente denuncia y me dijeron que sí, que la empresa había denunciado todos y cada uno de los actos vandálicos producidos contra la tienda ante los Mossos d’Esquadra. Y luego les pregunté, si había pasado por la tienda algún representante político del Ayuntamiento, para interesarse por el asunto y me dijeron que no, que los únicos que habían pasado, durante el día de ayer, eran dos miembros de la Policía Nacional.

Mientras el vandalismo y el odio a España sigue campando a sus anchas en esta “normalizada” Cataluña, ¿qué hacen las autoridades competentes? ¿Qué hacen realmente los cuerpos de seguridad? A la vista de los hechos, parece que nada. Aunque tienen todos ellos como una de sus misiones primordiales garantizar la seguridad ciudadana y proteger los derechos y libertades de las personas y las empresas.
Por cierto, algún medio de comunicación local que se ha hecho eco del tema, como ocurre casi siempre con este tipo de asuntos, se han limitado a dar la información del hecho sin profundizar, ni sacar ningún tipo de consecuencias.
Salvador Caamaño Morado (presidente de la Coordinadora de la Resistencia Cívica de Tarragona)
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