No deja de ser paradójico que en la Cataluña en la que se subvenciona todas las manifestaciones artísticas relacionadas con la lengua y la cultura catalana, la actividad cultural más importante y con más participación popular es la Feria de Abril que se celebra anualmente en el recinto del Fórum de Barcelona, que supera en afluencia incluso a la Feria de Abril de Sevilla, porque entre otras cosas, Barcelona tiene mucha más población que la capital hispalense.
La Feria de Abril de Barcelona como exaltación de la cultura andaluza, cuando se consolidó como centro de asistencia masiva de público, en las ediciones de Hospitalet de Llobregat, Barberá del Vallés, Santa Coloma de Gramanet y San Adrián del Besós, supuso una auténtica bofetada en el imaginario colectivo separatista, que veía como superaba en importancia y en asistencia a cualquier aplec o fiesta popular catalana.
Por eso desde la edición en la explanada de la playa de la Mar Bella en el año 2001, el equipo municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, hizo todo lo que estuvo en su mano para fiscalizar las cuentas de la Federación de Entidades Culturales Andaluzas de Cataluña (FECAC), para buscar con lupa alguna irregularidad económica que les permitiese prohibir la Feria, pero como no encontraron ninguna adoptaron aquello de que «si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él», y por ello desde entonces ERC tienen una carpa en la Feria; que por cierto en esta última Feria de 2022 permaneció siempre vacía, porque por lo visto el público no se siente a gusto allí, porque al no haber ninguna referencia a la cultura andaluza -como no podía ser de otra forma- esa caseta desentona con el resto de casetas y con el conjunto de la Feria.
También en esta edición como en la anterior precovid de 2018, me llamó la atención la desierta caseta de Ciudadanos que contrastaba con la inexistente caseta del Partido Popular, y la también vacía caseta del PSC a la que solo acudía público cuando actuaba un grupo profesional de flamenco, porque por lo visto el PSC no tiene problemas de presupuesto. En contraposición ha destacado con notoriedad la caseta de VOX, que estaba llena a todas horas, con un ambiente de alegría que rebosaba optimismo.
Otro aspecto destacado de la caseta de VOX es que era la única en toda la Feria en la que se veían banderas españolas, totalmente ausentes en las casetas del ERC, de Ciudadanos y del PSC. A esta singularidad también se tendría que destacar que la caseta de VOX fue la única de toda la Feria, en la que se celebró una Misa Rociera el domingo, que era el último día de la Feria.
Otra ausencia destacada en la Feria ha sido la tradicional falta de caballos, pero por lo visto las gilipolleces animalistas del Ayuntamiento de Barcelona prohiben la presencia de éstos animales que tanta vistosidad dan a la fiesta. Un refrán musulmán dice que en número de camellos es infinito, y supongo que el de burros también.
Juan Carlos Segura Just
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.