En Cataluña, encontrar placas de calles en español es casi una rareza, aunque la ciudad en cuestión tenga una mayoría aplastante de ciudadanos hispanohablantes. El catalán ‘per collons’ y por ‘lengua propia’, que son los mantras que ha impuesto el nacionalismo y ha comprado buena parte de la izquierda catalana, se ha impuesto en casi todos los callejeros de esta comunidad autónoma.
Encontrar placas como las que se ven en la fotografía, del barrio de Almeda en Cornellà de Llobregat, es casi un vestigio arqueológico de otra época, que suponemos el ayuntamiento ha tolerado más por lo que tiene de memoria histórica que por la lengua en la que están, dado que si no fuera así ya habrían sido sustituidas por placas solo en catalán, como en el resto de esta ciudad gobernada desde tiempo inmemorial por el PSC.
Y es que la izquierda oficial se ha empeñado en arrinconar al español como lengua oficial. Los comunes de Ada Colau han llevado esta política a extremos grotescos, llenando las calles del Raval y otros barrios con una nutrida población emigrante de carteles en catalán, tagalo y urdú, pero no en castellano. Para la alcaldesa no existen los catalanes hispanohablantes ni los emigrantes hispanohablantes.
Encontrar la cartelería de pabellones deportivos y otros edificios públicos solo en catalán, sin presencia del español, no es una rareza en buena parte del área metropolitana de Barcelona. No hace falta que gobierne ERC, Junts o la CUP para que esta situación se produzca. La única manera de acabar con esta manía que tiene la izquierda es la fórmula que Ángeles Ribes, entonces regidora de Cs — en la actualidad es no adscrita, tras ser expulsada por ser crítica con la dirección actual — , le aplicó entre el 2015 y el 2019 al entonces alcalde socialista de Lérida.
Ribes, y el grupo municipal que entonces dirigía, apoyó en el pleno municipal al PSC a cambio, entre otras cosas, de practicar el bilingüismo en las relaciones con los ciudadanos y de limpiar la ciudad de propaganda secesionista en la vía pública. Que los partidos no separatistas tomen nota…
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Sergio Fidalgo relata en el libro 'TV3, el tamborilero del Bruc del procés' como a los sones del 'tambor' de la tele de la Generalitat muchos catalanes hacen piña alrededor de los líderes separatistas y compran todo su argumentario. Jordi Cañas, Regina Farré, Joan Ferran, Teresa Freixes, Joan López Alegre, Ferran Monegal, Julia Moreno, David Pérez, Xavier Rius y Daniel Sirera dan su visión sobre un medio que debería ser un servicio público, pero que se ha convertido en una herramienta de propaganda que ignora a más de la mitad de Cataluña. En este enlace de Amazon pueden comprar el libro.
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