A las cuatro de la madrugada, cuando la ciudad duerme, Djogo Barri llega puntual al obrador de la panadería Panic. Este joven de 22 años ha encontrado en el mundo del pan artesanal más que un trabajo: ha hallado un camino para lograr mayor autonomía y estabilidad. Su logro es uno de los casi 25.000 que el programa Incorpora de la Fundación ”la Caixa” ha facilitado en el año 2025, en colaboración con organizaciones sociales como la Fundación San Juan del Castillo y miles de empresas comprometidas.
La jornada en el obrador de Panic empieza con precisión matemática. Djogo identifica y etiqueta cada paquete, distingue entre ocho tipos diferentes de pan —algunos rebanados, otros enteros— y prepara el reparto de pedidos destinados a restaurantes de Madrid. «Me gusta este trabajo», explica el joven. «Tengo que estar concentrado y pendiente de que cada envío llegue al restaurante correspondiente. Me siento bien cuando lo conseguimos sin incidencias».
Cuando Djogo entró a trabajar en el obrador hace dos años no conocía el mundo del pan. Originario de Guinea Conakry, dejó su país cuando estudiaba secundaria. Aunque realizó una formación básica de electricidad en España y está muy interesado en las energías renovables, su inserción en el mercado laboral ha llegado de la mano de esta panadería, donde ahora se encarga de los repartos. «Es un trabajo que exige mucho del empleado», explica Gean Carlos Sallas, coordinador del obrador. «Tienes que despertarte a las tres de la mañana, llegar aquí a las cuatro en punto, hacer muchas cuentas y prestar mucha atención».
Djogo reconoce que no sabía «prácticamente nada» acerca de cómo funciona un sistema de repartos. Como parte de su itinerario de inserción se le programó un curso en el que Gean empleó con él un método parecido al de ir a la escuela. «Cada día lo enviaba a casa con deberes, simulaciones de entregas que debía resolver», explica. «Me lo traía al día siguiente y yo lo corregía: esto está bien, esto está mal, esto está más o menos… Así fue familiarizándose con el trabajo y hoy es uno de los mejores repartidores que hemos tenido». Este esfuerzo formativo requiere paciencia y el propio Djogo lo valora como fundamental, ya que los primeros días llegaba al trabajo con algo de temor. «Me fueron enseñando poco a poco y me fui acostumbrando, todo ha sido gracias a su ayuda», confiesa.
Un enfoque personalizado y transversal
Desde su creación en 2006, el programa Incorpora de la Fundación ”la Caixa” establece alianzas entre empresas y entidades sociales para ofrecer oportunidades a colectivos con dificultades para acceder a un empleo: personas con discapacidad, jóvenes en riesgo de exclusión, mujeres víctimas de violencia de género y otros grupos vulnerables. Solo en el año 2025 ha servido para atender a 79.792 personas.
Esta labor solo es posible gracias a los 1.032 técnicos de las 413 entidades sociales que colaboran con el programa diseñando itinerarios de inserción personalizados para cada caso. Djogo se benefició de uno de ellos, que incluía orientación laboral, refuerzo emocional, asesoramiento legal y formación, todo de la mano de la Fundación San Juan del Castillo Pueblos Unidos. «Me dieron todo su apoyo y su orientación, me enseñaron a preparar un currículum y a enfrentar una entrevista», rememora el joven.
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