Pedro Sánchez y el resto de dirigentes del PSOE acusan a los medios de comunicación que fiscalizan sus excesos de «esparcir fango», y han anunciado un proyecto de ley para intentar amedrentar a la prensa crítica con la acción del Gobierno. Sánchez busca evitar que se investiguen posibles casos de corrupción como los que afectan a su esposa, Begoña Gómez, que está siendo investigada por presunto tráfico de influencias.
Y, como no, el PSOE quiere acallar las críticas por la ley de amnistía, hecha al gusto de los delincuentes separatistas que dieron el golpe de Estado del 1 de octubre, o el saqueo económico que Esquerra Republicana pretende, para conseguir del Gobierno los más de 60.000 millones de deuda del FLA que la Generalitat malgastó durante los años del procés y el postprocés.
Por eso, mientras los socialistas acusan a los periodistas críticos de «esparcir fango» sus ministros se dedican a insultar a diestro y siniestro. Conocido es el «cabrón» que le dedico hace unos días la vicepresidenta Montero en el Congreso a los diputados del a oposición. O la acusación de Óscar Puente al presidente argentino, Javier Milei, de ingerir drogas.
Pero Puente ha ido más allá y ha llamado «saco de mierda» al periodista Vito Quiles, por haber llevado la contraria al ministro de Transportes. «Óscar Puente me acusó de mentir, tanto en X como en el Senado, por contar que aparcó mal el coche oficial para irse de concierto. Pues bien; aquí la foto de su coche en un acto y la que publiqué en el Bernabéu. Misma matrícula. ¿Quien mentía, ministro? Jaque mate», argumentó Quiles en su perfil de la red social X.
La respuesta de Puente fue la siguiente: «Te lo voy a volver a explicar, saco de mierda. Ese no es mi coche. Ni oficial ni particular. Y te añado más. Estás difundiendo la matrícula de un vehículo policial. Voy a encargarme personalmente de que lo pagues caro». Este es el nivel de un ministro socialista del Gobierno de España que quiere acabar con el «fango» en la vida política española.
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