Leo en diversos medios de comunicación que el PSC acaba de concretar y enviar una propuesta, al resto de partidos políticos, para tratar de aislar a VOX en el Parlament. Ya el día siguiente de las elecciones al candidato más votado y exministro Salvador Illa le faltó tiempo para anunciar, a bombo y platillo, que hablaría con todos los partidos menos con VOX.
Es decir, el PSC dejaba claro de entrada, que estaba dispuesto a hablar con todos los golpistas y los ultra reaccionarios de ERC, JxCat o la CUP y con la extrema-izquierda filoseparatista de En Comú Podem, o sea, con todos aquellos que quieren dinamitar el orden constitucional y España, pero no con VOX.
Si a los hechos nos atenemos, no cabe duda de que VOX es un partido perfectamente democrático y constitucional que respeta las leyes y no se dedica a lanzar piedras para reventar los mítines de nadie, ni intenta impedir que se reparta la propaganda electoral de ningún partido, ni incita desde las instituciones o los medios de comunicación a movilizarse de forma violenta contra los actos o los dirigentes de ninguna otra organización política, ni se dedica a realizar pintadas amenazantes en las sedes de nadie, ni se dedica a incendiar las calles de nuestra ciudades o a lanzar vallas y todo tipo de objetos contundentes contra la policía, ni justifica la violencia contra nadie. Los que hacen esto son otros, son justamente los totalitarios con los que quiere hablar y sí puede pactar el PSC. Que, por otro lado, son los mismos con los que viene pactando (añadiendo a los proetarras de Bildu) cada día Pedro Sánchez desde su investidura,
Por cierto, VOX que tiene 52 diputados en el Congreso y ha obtenido en las recientes elecciones de Cataluña casi 220.000 votos y 11 diputados y es la cuarta fuerza política del Parlament, curiosamente ha conseguido sus mejores resultados en los barrios obreros de los cinturones industriales de Cataluña, donde se ha colocado, en la mayoría de los casos, como la segunda fuerza política sólo por detrás del PSC. Por ejemplo, en mi barrio, Bonavista (el otrora llamado barrio rojo de Tarragona y abanderado de la lucha antifranquista), VOX ha obtenido el 23,3 % de los votos (es la segunda fuerza) muy por delante de En Comú Poden (6,8%), ERC (6,3%) o la CUP (1,1%). Y en la Pobla de Mafumet, población pegada al polígono petroquímico norte de Tarragona, ha sido la primera fuerza por delante del PSC. En estos barrios los han votado miles de ciudadanos que se sienten desde hace décadas abandonados o defraudados por la izquierda y por los vaivenes de los partidos que se dicen constitucionalistas.
Pero el PSC no quiere ni cruzarse con VOX, “vade retro”. Eso sí, quiere hablar con todos los que han convertido Cataluña en una sociedad dominada por el fanatismo, la violencia, la intolerancia, el odio, la manipulación, el adoctrinamiento, el complejo de superioridad y el racismo. Con los que, como dijo Tarradellas, llevan 40 años instaurando en Cataluña “una dictadura blanca muy peligrosa”. Con los que están arruinando Cataluña. Pero, todo eso que más da, ahora los “apestados”, contra los que vale todo, lo hemos visto en la pasada campaña electoral en Cataluña, los “feixistes” (dicen) a los que que hay que marcar y aislar en un gueto, como hacían los judíos con los nazis, esos son para el PSC y sus compinches izquierdistas, separatistas y proetarras, los de VOX.
Y lo peor es la vergonzosa, naturalidad, equidistancia, cuando no el aplauso, con que son acogidas este tipo de propuestas por parte de la mayoría medios de comunicación y de partidos (en este caso se acaba de desmarcar el PP) cuando en cualquier sociedad mínimamente democrática deberían ser condenadas con absoluta contundencia.
Que vergüenza, cuanta ignominia y cuanta podredumbre. Sin duda, corren malos tiempos para la libertad y la democracia en nuestro país. Algo habrá que hacer…
Salvador Caamaño Morado (Presidente Provincial de SCC en Tarragona. Miembro fundador de Foro Babel-Tarragona. Exdirigente local del PSUC, PCC y CC.OO. en Tarragona)
Foto: Una de las múltiples pintadas que aparecieron en la entrada de la Brasería Cabrera de Bonavista-Tarragona donde se tenía que celebrar un acto de VOX que se intentó boicotear durante más de cuatro horas.
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