La Vanguardia está viviendo un momento de descomposición moral que resume el momento de incertidumbre que vive la sociedad catalana. El director de este rotativo, Màrius Carol despidió de manera indigna a uno de sus columnistas más leídos, Gregorio Morán, por mantener posturas críticas hacia el proceso secesionista.
En cambio permite que uno de sus periodistas estrella, Quico Sallès, salga en un programa en la franja de máxima audiencia de TV3, caracterizado con un tricornio para chotearse de este cuerpo y del CNI.
En el acto de presentación en Barcelona del libro «Escucha, Cataluña. Escucha España» Carol argumentó, tal y como recogió Crónica Global, que «durante todo el proceso independentista, La Vanguardia no se había movido de la posición central que había adoptado la sociedad catalana».
Estas palabras las pronunció delante del conde de Godó, que estaba en la sala. Nos gustaría saber si Carol también le explicó al conde si «la sociedad catalana» entiende como «posición central» que Quico Sallés, su cronista político estrella – no estamos hablando de un humorista que hace crónicas de ambiente en el diario – se ponga un tricornio en la televisión pública catalana.
En resumen. En La Vanguardia el resultado final es: Gregorio Morán, 0 – El tricornio de Quico Sallés, 5. El estilo «central» de Màrius Carol ha quedado claro.
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