Una pancarta que los Comunes no han retirado de la Rambla Marina, en L’Hospitalet de Llobregat, de una manifestación que convocaron hace meses en defensa de la sanidad pública resume el estado de una formación en decadencia,
Una pancarta solitaria, raída y fuera de tiempo. Que nadie mira y a nadie interesa. A los ciudadanos les preocupa mucho el estado de la sanidad pública, pero nada lo que piensan los Comunes sobre esta materia. Sobre esta, y sobre cualquier otra.
La formación de Colau ha pasado de ser hegemónica en la izquierda catalana, cuando Xavier Domènech ganó las elecciones generales en Cataluña en 2015 y 2016, y Colau consiguió ser alcaldesa de Barcelona desde 2015 hasta 2023, a ser unos monaguillos de Salvador Illa. Como en la etapa de Iniciativa per Catalunya.
Su última gran gesta, que fue tumbar los presupuestos de la Generalitat de 2023 que presentó Pere Aragonès, provocó el adelanto electoral que ha convertido a los Comunes en irrelevantes. No son decisivos ni en Barcelona, ni en el Parlament. Intentan poner en apuros a Jaume Collboni en Barcelona, para que Colau tenga alguna oportunidad de recuperar la alcaldía en 2027. Pero el tiempo de gloria de los Comunes ya pasó, y quedan muy bien representados por esa pancarta raída.
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