La Generalitat quiere sacar rédito a la crisis sanitaria del coronavirus. Primero lo hicieron cargando contra el Gobierno de España y ahora pretenden liberar a los presos golpistas con la excusa del COVID-19.
La Consejería de Justicia ha pedido a los directores de todas las prisiones catalanas que busquen la manera de reducir al mínimo el número de internos en las cárceles para minimizar el riesgo de expansión del virus.
Ester Capella, es la consejera de Justicia, y este martes ha afirmado que los presos que están dentro del artículo 100.2 «pueden estar confinados en casa». Dentro de estos presos están los políticos separatistas, en prisión por intentar dar un Golpe de Estado.
La salida de Oriol Junqueras, Josep Rull, Jordi Turull, Carme Forcadell, Dolors Bassa, Jordi Cuixart, Raúl Romeva, Jordi Sánchez y Joaquím Forn, se espera que sea inmediata. Todo ello pese a que Instituciones Penitenciarias asegurara hace unas semanas que esta medida solo sería válida para los presos que estén en Tercer Grado.
El Tribunal Supremo ha asegurado que perseguirá por un delito de prevaricación a aquellos funcionarios que permitan o avalen el confinamiento en sus domicilios de los líderes independentistas condenados por sedición.
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