Parece que estamos en un mal cuento, y un cuento para no dormir. Solo en esta corta semana las noticias son letales para la democracia. Ni siquiera en un puente tan largo, de la Constitución y la Inmaculada, para por un momento la fábrica de la vergüenza e indignidad en España.
Comenzamos con el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña confirmando la discriminación en la vacunación de los policías y guardias civiles por parte de la «inactividad» de la Generalidad, siendo ello contrario al artículo 14 de la Constitución, que garantiza la igualdad de todos los españoles ante la ley. ¡Qué edificante y ejemplar! Qué auténtica locura la de los representantes del Estado en Cataluña, què catadura moral… y qué ignominia la del Gobierno central permitiéndolo… No hay palabras.
La Generalidad se ríe de la confirmación del Supremo de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña consagrando el 25% de castellano en los colegios de Cataluña — un injusto y ridiculo 25% de broma — y se niega a cumplirlo. Comienzan las amenazas en Canet de Mar al niño de cinco años y a sus padres que con tanto coraje y heroísmo lo han logrado.
La Generalidad «desconoce» el suceso, pero señala a la vez a través de su portavoz al niño de Canet hablando de vulneración flagrante al derecho de la mayoría de las familias del centro, y el Gobierno a través de la ministra Llop asegura que no tienen conocimiento de lo que ha pasado, y que va a analizar los expedientes. ¡Ejemplar! ¿Se puede ser más perverso, mentiroso e infame? El presidente del Gobierno, tampoco sabe nada y no habla. Un auténtico inmoral. No hay palabras ante tal indecencia, cuando sabe las amenazas de un agente de los Mossos en las redes, y todo tipo de señalamientos de carácter auténticamente leninista y nazi (nacional – socialista).
Llega el día de la Constitución y los partidos independentistas — ERC, Junts , Bildu, BNG — poco antes del acto institucional publican un comunicado exigiendo un modelo de Estado reconociendo la plurinacionalidad y el derecho a la autodeterminación.
Sigue el día de la Constitución y el presidente del Gobierno dice que hay que cumplirla de pe a pa y la presidenta del Congreso asegura que judicializar innecesariamente la política comporta politizar la justicia… y lleva a desconocer el espacio deliberativo de todo sistema democrático. El socio de coalición del Gobierno ataca la Constitución diciendo que requiere cambios profundos feministas y verdes, y reclamando elegir, previo ataque a la Monarquía, una «Republica avanzada».
El PNV, también como socio, reclama una nación vasca, bilateralidad y una relación confederal con España. Y ERC, magnífico socio, dice también a través del presidente de la Generalidad, es decir quien representa al Estado en Cataluña gracias a la Constitución, que «el Govern no quiere ninguna reforma de la Constitución española, lo que quiere es una Constitución catalana y culminar con éxito el proceso de Independencia». Que gran consecuencia, por cierto, de los magníficos indultos.
Esto es un ejemplo único de cómo han de respetarse los valores de la Constitución y de la democracia. ¡Inigualable!
Francamente todo lo anterior es un auténtico escándalo. Un presidente de Gobierno reclamando cumplir la Constitución de pe a pa y ese mismo día sus socios de coalición y los demás sostienen de distintas maneras cómo acabar con la Constitución, cómo acabar con España y cómo acabar con la democracia, sin que el Jefe de Gobierno se despeine, no diga ni palabra, y una vez más presida la ceremonia de traicionar su palabra, aquella que le hacía asegurar no pactar con los indeseables de diversas causas, y la ceremonia de la mentira y de la quiebra de la mínima decencia para gobernar, como así es ya reconocido por propios y extraños y no digamos nada a nivel europeo .
Que un primer ministro portugués, francés, alemán o italiano pacte su gobierno con quien quiere destruir Portugal, Francia, Alemania, o Italia, y para mantenerse en el Gobierno permita ataques al Jefe del Estado desde su Gobierno, ataques al Tribunal Constitucional desde su Gobierno, ataques al poder judicial desde su Gobierno, ataques y permitir prohibir hablar sus lenguas en algunas regiones, ataques a la libertad de educación, o de prensa en esas naciones etc, es algo absolutamente inaudito e inimaginable.
Y que encima, el día de la celebración de la Constitución, diga que hay que cumplirla entera mientras en ese momento los que le permiten gobernar la mancillan, y sin atreverse a decirles nada por no hacerles enfadar y perder su silla, es de quedarse absolutamente pasmado, creyéndose uno estar en Swazilandia — que me perdonen allí — enseñando a leer a los cocodrilos.
Mientras voy terminando estas líneas se esperaba una manifestación contra el niño de cinco años y su familia en Canet de Mar alentada por la Generalidad, tras la visita ayer al colegio del Consejero de Educación provocando el ataque a quien ha osado poner en práctica la sentencia. Y el presidente del Gobierno sigue callado y sin activar la Comisión de delitos de odio, que sí puso en marcha y además presidiéndola, ante una noticia fake que alimentó contra un partido.
Que un presidente de Gobierno haga esto y no mueva un dedo, desautorizando y llamando al orden inmediatamente a la Generalidad e impidiendo una manifestación contra un niño de cinco años, es de una crueldad e infamia delictiva y de traición al cargo que ostenta indescriptible.
Es el ejemplo superlativo de quien no tiene ninguna moral y ninguna vergüenza. Tampoco el mínimo sentimiento humano y la mínima dignidad exigible a cualquier persona, que ostentando además su cargo institucional, torna en el culmen del desprecio e insulto más infame a todos los españoles.
Que un niño de cinco años y su familia, no sea automáticamente defendido por el Gobierno, sin medias tintas, sin excusas declarativas maquiavélicas, de quien practica una política xenófoba, racista, leninista, y nacional — socialista (nazi) –, es una perversa y esquizofrénica actitud que no conoce la dignidad humana y que utiliza el poder solo para actuar para el mal.
Y no hacerlo con todas las consecuencias, pues si no se acaba el apoyo para gobernar del partido sedicioso y golpista, supone ser cómplice absoluto de quienes desprecian los más elementales valores humanos y democráticos, y ser cómplice de la indignidad y maldad demoníaca más terrible de quien no respeta ni a un niño de cinco años, en sus más elementales derechos. Algo muy difícil de imaginar para cualquier persona normal, si no es porque se erige en lo peor y lo más despreciable del ser humano.
Amalio de Marichalar. Conde de Ripalda. Soria, 10 de diciembre de 2021
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