El independentismo gobernante no tiene ningún tipo de pudor en politizarlo absolutamente todo, como una mancha de aceite se extiende por todas las esferas de la sociedad, y en la vida diaria de los ciudadanos. Este punto llega incluso hasta los adornos de Navidad, los que cuelgan de la fachada del Palau de la Generalitat en la plaza San Jaime de Barcelona.
Una auténtica aberración, que debería avergonzar a cualquier gobernante, pero en cambio el secesionismo saca pecho de ello, lo que demuestra su sentimiento de absoluta impunidad. Los catalanes constitucionalistas ni tan siquiera pueden sentirse representados por la decoración navideña del Palau de la Generalitat. en una de las figuras que cuelgan en la fachada se puede leer «Por una Cataluña que decidirá su futuro democráticamente y en libertad«. Un claro mensaje independentista. Incapaces de respetar absolutamente nada.
El Govern de Pere Aragonès debería entender -sabemos que es una tarea imposible- que Cataluña es una tierra plural, y que los adornos navideños que se cuelgan en un lugar público deben estar libres de ideología política. Sabemos que es predicar en el desierto, pero no debemos dejar de denunciar este tipo de atropellos, que además son continuos en la comunidad autónoma catalana.
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