Pedro Sánchez juró la Constitución y lealtad al Rey Felipe VI este pasado viernes en el Palacio de la Zarzuela, después de que el jueves fuera investido presidente del Gobierno, aupado por los separatistas, nacionalistas y herederos de ETA.
Todos ellos peligrosos compañeros de viaje, pero eso poco o nada le importa a Sánchez, cuyo único objetivo es seguir en la Moncloa, cueste lo que cueste, lo que ha quedado demostrado, una vez más, con sus concesiones al independentismo y especialmente al prófugo Carles Puigdemont. Hemos llegado a ver al número 3 del PSOE, asegurar que Puigdemont se encontraba en el «exilio«. Tremendo.
Muy poquitos han alzado la voz contra la decisión de Pedro Sánchez en las filas socialistas. Ni siquiera Josep Borrell, quien a través de un tuit ha felicitado al presidente el Gobierno por su nombramiento. «Felicito al Presidente @sanchezcastejon por su investidura. La UE necesita su liderazgo y las aportaciones de España para construir una Unión más fuerte en el mundo al servicio de la seguridad, la prosperidad y la defensa de los valores europeos reduciendo las desigualdades«, escribió Borrell. Las redes sociales se han encendido ante el silencio de Borrell con el asunto de la amnistía y demás cesiones al separatismo.
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