Los números hablan por sí solos. Los separatistas catalanes son como mucho dos millones de personas. Mientras que la población de la comunidad autónoma supera los siete millones. España, por su parte, tiene una población total de más de 47 millones de habitantes. No son los cinco millones de catalanes no independentistas ni el conjunto de los españoles que deben abandonar la península, ni si quiera cambiar nada en el altar de la fantasía de un Estado que nunca ha existido.
No solamente los independentistas nunca han representado a la mayoría social, sino que además no existe un solo texto adoptado por las Naciones Unidas dándoles la razón. Los independentistas catalanes no están en un proceso de descolonización ni en la situación de una población oprimida. En cuanto a su principal argumento sobre la opresión sufrida por la dictadura franquista, los hechos y la historia lo desmienten y lo barren de un plumazo. La Comunidad Autónoma catalana no ha sufrido más de la dictadura que cualquier otra comunidad autónoma española, más bien lo contrario.
No faltan imágenes de reportajes de la época que muestran a una población eufórica en cada visita del dictador a la Comunidad Autónoma de Cataluña. No faltan imágenes de reportajes de la época que muestran a una población eufórica en cada visita del dictador a la Comunidad Autónoma de Cataluña. Al igual que los documentales donde aparecen los jugadores del Barça honrando al tirano y el club de futbol otorgándole un galardón. O la extensa documentación que demuestra los privilegios económicos concedidos a la región por Franco.
En concreto, la asociación Catalunya peuple d’Espagne (CPDE), con sede en Lausana, está trabajando sobre un proyecto para proponer un nuevo espacio de acogida de los independentistas catalanes más radicales dentro de las fronteras de la Unión Europea (UE) y de Suiza. Cabe destacar que este último país mencionado ya ha comenzado con Marta Rovira y Ana Gabriel.
Este proyecto, llamado «Nouvel Horizon», está dirigido, entre otros, a las principales ONG, como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (HCR) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). La primera es porque se trata de establecer un nuevo marco jurídico. Los independentistas catalanes no pueden ser considerados refugiados. A lo sumo, podrían considerarse apátridas. Afirman pertenecer a una nación que nunca existió.
La OMS, porque desgraciadamente también nos enfrentamos a una situación de perversión narcisista colectiva, como la que produjeron los nazis. Así que aunque la intención del proyecto -revolucionario porque se trata de intervenir antes de la crisis y no después de ella- y de permitir a esa gente, que también son ciudadanos europeos pero que ya no soportan a sus vecinos y alimentan el sentimiento de persecución como una solución a la emigración, pero tampoco se trata de trasladar el problema a otro lugar. Es decir, imponer personas socialmente inadaptadas a los estados socios que los acogerán. También se seguirá desarrollando el marco jurídico legal. No se trata de sentar un precedente que pueda ser mal utilizado.
Pensando en Turquía, que podría inspirarse en la idea «Nouvel Horizon» sobre su población kurda. Aunque no haya comparación posible. Por otro lado, «Nouvel Horizon» debería ser una herramienta más de la gobernanza supranacional para desactivar las crisis a tiempo. Fundamentalmente humanista y adaptada a su tiempo, la iniciativa voluntaria y pretende evacuar a tiempo la estúpida concentración nacionalista y supremacista del continente.
Las ratios que determinan el número de independentistas catalanes a acoger están aún por determinar. Recordamos como Alemania acogió a casi un millón de refugiados sirios de forma voluntaria. En el caso de los independentistas catalanes, suponemos que su integración en el país anfitrión será mucho más fácil. Las cifras deberán ser adaptables. De hecho, es complicado por ahora, determinar con precisión cuántos independentistas y sus familias abandonarán la Península Ibérica. Otra pregunta que surge es: ¿qué pasa con el derecho de retorno de algunas personas, que una vez los caprichos y fantasías del nacionalismo hayan pasado? En cualquier caso, la idea de creación de «Nouvel Horizon» ya apasiona a de los miembros de «Catalunya peuple d’Espagne». Esta iniciativa rápidamente hará muchos adeptos.
François Meylan
Presidente fundador
Catalunya peuple d’Espagne (CPDE)
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
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