Carlos Carrizosa es abogado y es el presidente del grupo parlamentario de Cs en la cámara autonómica catalana y diputado en la misma desde 2012. Es el líder de esta formación en Cataluña.
VOX ha convocado una manifestación hoy en plaza Universidad (Barcelona) para protestar por la modificación del delito de sedición. ¿Qué medidas prepara Ciudadanos en Cataluña para oponerse a esta decisión de PSOE y UP?
La derogación del delito de sedición y la reforma de la malversación que Sánchez acomete para contentar a sus socios separatistas y populistas es una vergüenza que debilita sobremanera nuestro Estado de Derecho. Es obsceno ver cómo desde el PSOE y desde ERC se admite abiertamente que la iniciativa de reformar el Código Penal en aspectos tan fundamentales deriva de un acuerdo entre partidos que se necesitan para apuntalar sus respectivos gobiernos.
Ciudadanos, con Inés Arrimadas al frente, fue el primer partido en aparecer ante la opinión pública y exigir al PP que presente una moción de censura, porque es la única manera de evitar que las reformas que proponen Sánchez y sus socios salgan adelante. Por lo demás, nosotros seguiremos haciendo lo que hemos siempre en Cataluña: defender la democracia y el Estado de Derecho desde la política y los tribunales, pero también desde la calle.
¿Por qué Sánchez se juega el final de la legislatura con la eliminación del delito de sedición?
Sánchez se ha quitado definitivamente la careta y ya no disimula. Prometió que jamás pactaría con Podemos y separatistas, y lo hizo; juró y perjuró que no indultaría a los golpistas, y los indultó; lo mismo con la supresión de la sedición y la reforma de la malversación. Sánchez se supera cada día en inmoralidad, por lo que no se puede descartar nada, ni siquiera que acabe cediendo también en la exigencia separatista de convocar un referéndum de secesión o sobre la Monarquía.
¿Es más grave esta supresión de la sedición o los indultos que dio a los golpistas condenados por el Supremo por la intentona del 1-O?
Todo forma parte de una política profundamente irresponsable orientada a blanquear a los autores del golpe de Estado de 2017. Sánchez necesita borrar de un plumazo el daño que causó el separatismo a nuestra democracia y a la convivencia entre catalanes, y entre nosotros y el resto de los españoles. Tanto los indultos como la derogación de la sedición hacen un daño inmenso a nuestro país y a su imagen en el exterior. Todo lo que está haciendo este gobierno allana el camino del separatismo en Europa, y puede acabar provocando que algunos gobernantes de estados europeos lleguen a la convicción de que tan grave no sería lo que ocurrió en el 2017 cuando el propio Gobierno de España pacta con los autores del golpe y hace todo lo posible por favorecerles. Sánchez parece decidido a no dejar piedra sobre piedra en nuestro sistema institucional y nuestro ordenamiento democrático.
¿Se conformará ERC con la eliminación de la sedición y con disminuir las condenas por malversación de fondos públicos?
El nacionalismo es, por definición, insaciable, por lo que estoy absolutamente seguro de que no: seguirán exigiendo y chantajeando al Gobierno para conseguir prebendas para el separatismo. ERC es un partido que ha protagonizado, al menos, dos golpes de Estado: el de Companys en 1934 y, más recientemente, el de 2017. La política de apaciguamiento de Sánchez es pan para hoy (y solo para Sánchez) y hambre para mañana (para el conjunto de los españoles).
¿El ‘Ho tornarem a fer’ saldrá mucho más barato gracias a Sánchez y Podemos?
Sin duda. Su desmedida voluntad de poder lleva a Sánchez a poner alfombra roja a los autores del golpe del 2017 para cuando éstos decidan volverlo a hacer, cosa que desde luego harán. Lo más perverso de todo es que el mensaje de Sánchez es que mientras él gobierne los separatistas no darán otro golpe de Estado, pero no precisamente por miedo a las consecuencias penales de sus actos sino porque con Sánchez tienen todo lo que quieren. Su chantaje surte efectos y, así, no necesitan otro golpe. Y el corolario de esta política irresponsable es evidente: el día que no gobierne Sánchez el separatismo no tardará ni un minuto en volverlo a hacer, y entonces el Estado será mucho más débil que en el 2017, porque Sánchez habrá desguazado todas las defensas del Estado de Derecho frente a posibles ataques a la Constitución. Sánchez es a nuestro Estado de Derecho la encarnación moderna del caballo de Troya.
En el programa 2000 de Jordi Pujol, que se publicó en 1990 en diversos diarios catalanes, ya quedaba claro que el nacionalismo iba a usar la escuela para sus fines políticos. ¿Por qué?
Porque la escuela es la base de la educación y, por tanto, de cualquier proyecto de ingeniería social cuyo objetivo es alterar la composición sociológica de una comunidad humana. Y eso es exactamente lo que pretendía Pujol y lo que pretenden los partidos separatistas: cambiar ese sentimiento de pertenencia dual, a Cataluña y a España, que los catalanes tenemos desde tiempos inmemoriales. Por suerte, los lazos sentimentales, culturales, históricos y económicos de los catalanes con los demás españoles son más fuertes que el veneno que el separatismo inocula en la sociedad catalana.
¿En qué han fallado los partidos constitucionalistas catalanes a la hora de combatir el adoctrinamiento que puso en marcha el pujolismo?
Desde luego los partidos del bipartidismo, sobre todo el PSOE, han sido profundamente condescendientes, cuando no claudicantes con el nacionalismo, por sus intereses partidistas. En lugar de hacer una política de Estado sistemática de defensa de la Nación han chalaneado con los nacionalistas y se han dejado chantajear. Y es evidente que los partidos que han gobernado España han tendido a subestimar la gravedad de la amenaza separatista y, así, han permitido su crecimiento hasta límites con la convivencia democrática.
¿Se ha dado en Cataluña la batalla de las ideas para evitar el adoctrinamiento escolar?
Ciutadans nació precisamente para eso, para combatir la pedagogía del odio a España que, en el momento de nuestro nacimiento, el nacionalismo llevaba 25 años diseminando en Cataluña. Desde entonces no hemos hecho otra cosa que luchar denodadamente contra la hegemonía cultural del nacionalismo y, modestamente, creo que hemos conseguido cosas importantes. Ciutadans ha cambiado el panorama político catalán para siempre, desde 2005 hasta nuestra victoria electoral de 2017. Por eso Ciutadans molesta tanto, porque es un partido surgido de las entrañas de la sociedad catalana para combatir el cáncer del nacionalismo de la manera más eficaz, esto es, desde el liberalismo y la defensa de la libertad individual frente a la tiranía de la masa y la espiral del silencio. Eso es Ciutadans y de ahí su importancia vital para Cataluña y para el conjunto de España.
¿Qué sería necesario para crear una alternativa sólida al separatismo que sirviera para remontar, aunque sea en treinta años, la actual hegemonía política, social y cultural que posee en Cataluña?
Ciutadans ha sido y sigue siendo el mejor antídoto contra el nacionalismo.
Si usted tuviera la potestad, desde el Gobierno de la Nación, de aplicar medidas eficaces para acabar con el adoctrinamiento escolar, ¿cuáles serían sus tres primeras decisiones?
En primer lugar impulsaríamos un Pacto Nacional por la Educación que blindase constitucionalmente el derecho de todos los españoles a escolarizar a sus hijos en español y armonizase la práctica totalidad de los contenidos educativos en toda España, especialmente en la asignatura de Historia. Segundo, reforzaríamos la Alta Inspección del Estado para evitar situaciones como la que hoy sufrimos en Cataluña, pero también en el País Vasco, Navarra, la Comunidad Valenciana, Baleares o incluso Galicia. Y tercero, fomentaríamos la movilidad de los alumnos entre Comunidades Autónomas para fortalecer los vínculos entre los ciudadanos del futuro.
Los socialistas aseguran que se nota su mayor presencia en el organismo de gobierno de la CCMA, el ente que gestiona TV3 y Catalunya Ràdio. ¿Es así?
Rotundamente, no. Cuando el PSC gobernó con los dos tripartitos, entre 2003 y 2010, puso Educación y Medios de Comunicación en manos de ERC. Y en TV3 y Catalunya Ràdio se sigue hablando del Estado Español en lugar de España, de presos políticos y exiliados y toda la neolengua nacionalista permanece incólume. El PSC es un equivalente funcional de los partidos nacionalistas.
¿Qué piensa al escuchar en TV3 el “puta nit y bona Espanya” de Joel Díaz en el programa ‘Zona franca’?
Pues que Cataluña es, en la práctica, un régimen ultranacionalista que, por desgracia, cuenta con la protección de un Gobierno de España vergonzante y vergonzoso.
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Sergio Fidalgo relata en el libro 'TV3, el tamborilero del Bruc del procés' como a los sones del 'tambor' de la tele de la Generalitat muchos catalanes hacen piña alrededor de los líderes separatistas y compran todo su argumentario. Jordi Cañas, Regina Farré, Joan Ferran, Teresa Freixes, Joan López Alegre, Ferran Monegal, Julia Moreno, David Pérez, Xavier Rius y Daniel Sirera dan su visión sobre un medio que debería ser un servicio público, pero que se ha convertido en una herramienta de propaganda que ignora a más de la mitad de Cataluña. En este enlace de Amazon pueden comprar el libro.
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