Al movimiento separatista, o lo que queda de él, hay que reconocerle que no tienen sentido del ridículo alguno, si bien es cierto que nunca han andado muy sobrados de ello. La última bufonada la han perpetrado en el municipio gerundense de Bàscara.
El grupo de separatistas ‘Desobediencia civil‘ ha declarado a este pueblo municipio de la República catalana, y han llegado a montar en sus calles puntos ‘fronterizos’ en las entradas del pueblo, a cada coche que pasaba le daban un pasaporte catalán.
Además, han colgado carteles en la fachada de la casa consistorial que muestran el rechazo contra la monarquía y contra la bandera española, la cual aseguran que ondea en el Ayuntamiento por «imperativo legal«.
Pero el ridículo no ha quedado aquí, dos secesionistas se han subido al balcón del consistorio y desde allí han proclamado al municipio como «territorio liberado«, y han afirmado que Bàscara «ya no estará sometida a la ley española. Rigen los derechos humanos y las normas internacionales hasta aprobar una legislación catalana propia. Quedan expulsados, y no se permite la entrada, a las fuerzas de ocupación, elementos de tiranía y autoritarismo del Estado. Nos levantamos, como han hecho generaciones anteriores durante los últimos trescientos años, para reclamar la soberanía de nuestra gente y la libertad».
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