¿Qué opinión le merece la actuación de los Mossos d’Esquadra?
Vivimos en una sociedad de adolescentes en medio de una guerra donde las armas son los medios de comunicación, la munición, la posverdad, y el campo de batalla la irresponsabilidad, el adanismo y el buenismo. En ese caldo de cultivo se ha dirimido la guerra sucia de los nacionalistas contra el Estado de Derecho, y en medio, los Mozos de Escuadra. Su actuación es propia de la sociedad de adolescentes en que vivimos, es decir, sensibilidad extrema para la imagen pública buenista, alta conciencia para exigir derechos, pero escasa predisposición para hacerse cargo de los costes que conllevan, sensibilidad extrema por la justicia social y muy poca por cooperar con sus costes o hacerse cargo de sus limitaciones.
Su actuación, forzada por sus mandos políticos y policiales, y no por el poder judicial que el Estado de Derecho dispuso como policía judicial, les ha llevado a cooperar presuntamente con el golpe de Estado por capítulos. No fueron mejores porque no desalojaran a la gente, tal como se le había ordenado, sino que cooperaron presuntamente con el delito.
Y para colmo, favorecieron el relato escrito hace semanas por el gobierno de la Generalidad: dejar que las Fuerzas de la Guardia Civil y Policía Nacional se encargaran del trabajo feo para hacer aparecer a España como un Estado opresor y al pueblo de Cataluña como un pueblo oprimido. Eso vende mucho a nivel internacional y cohesiona el fanatismo interior. ¿Cómo competir con urnas en las portadas por cargas policiales contra gentes que “solo” quieren ir a votar? (En estas circunstancias es difícil decir lo obvio: No hay nada más democrático que votar, ni más antidemocrático que romper las reglas para votar). Y una vergüenza más, La GC y la PN cobran 600 euros menos que los mozos de escuadra. Para reflexionar.
Es evidente que sus mandos y jefes políticos presuntamente han colaborado con los sediciosos; lo que no sabemos, es qué porcentaje de las bases están con ellos. Lo único cierto, es que ayer no cumplieron con las disposiciones judiciales a las que estaban obligados.
¿Qué debería hacer el gobierno con los mozos tras la actuación del 1-O?
El 31 de Julio de 2017, ya advertimos al Gobierno de la nación, que debía toma el control de los Mozos de Escuadra, con ocasión de abrir una asesoría jurídica para defender a los agentes de este cuerpo que fueran presionados por sus mandos a colaborar con el golpe institucional. Entonces sostuvimos: “El cambio en la dirección de los Mozos de Escuadra, el golpe institucional en marcha, la convocatoria de las CUP para cercar en su sede de Barcelona a la Guardia Civil, y las depuraciones en la acción del gobierno del presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont y sus socios, obligarán al Estado a tomar medidas. La más inmediata y plausible debería ser tomar el control de los Mozos de Escuadra si no quiere lamentar más tarde haber dejado que los más radicales pudran mandos y órdenes”.
Desgraciadamente ya lo estamos lamentando después de la vergonzosa actuación de ayer. Por tanto, aunque tarde, es necesario que, el Estado tome el control de los Mozos de Escuadra, denuncie a los mandos que hayan colaborado con el incumplimiento de sus obligaciones por sedición y rebelión y de todos aquellos mozos que flagrantemente se hayan desentendido de sus obligaciones con la Constitución. Porque no nos olvidemos, que los delitos de rebelión (art. 472.5º del CP) y sedición (art. 472 del CP), pueden ser aplicados a todos los Mozos de Escuadra que colaboren, promuevan o sostengan la ejecución de los mismos, pudiendo ser acusados de cometer dichos delitos. Tales delitos pueden llegar a estar penados con 25 años de prisión y penas de inhabilitación por el mismo tiempo.
Si alguien tiene alguna duda legal, no debe olvidar La Ley 10/1994, de 11 de julio, de la Policía de la Generalidad de Cataluña «Mossos d’Esquadra», que en su artículo 11 primero establece que “los miembros del Cuerpo de «Mossos d’Esquadra cumplirán y harán cumplir en todo momento la Constitución, el Estatuto de autonomía y la legislación vigente”. Y han de recordar que, ni la “obediencia debida”, ni las convicciones éticas particulares son una eximente.
Antonio Robles es portavoz de dCIDE
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
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