Ignacio de Loyola dijo aquello de “en tiempos de desconsuelo no hacer nunca mudanza”, y no “en tiempos de tribulación no hacer mudanza”. Y en verdad, viendo lo que se está viendo, uno recuerda aquello que me exclamó un amigo: “Como dijo Dostoievski: Estamos jodidos y avergonzados”. Le contesté que eso no lo dijo Dostoievski, él escribió “Humillados y ofendidos”. Y me contestó, que no es lo mismo.
Son interpretaciones, lo que no deja de ser una expresión clara de la frustración, que se observa con la que no está cayendo y parece que aún no ha arreciado del todo la tormenta; cuesta entender como personas que saben y dicen claramente algunas cosas, los que nos “gobiernan”, vayan por libre preocupándose solamente de su coleto.
Draghi, que salvó al euro, acaba de señalar: “La deuda creada por la pandemia no tiene precedentes y deberá ser reembolsada, principalmente, por los jóvenes de hoy. Es nuestro deber asegurarnos de que tengan todas las herramientas para hacerlo mientras vivan en sociedades mejores que las nuestras”.
Pero esos jóvenes, a día de hoy, no saben cómo se van a preparar en las escuelas y universidades. El 22 de junio se publicó la guía definitiva, elaborada junto a Sanidad, con las recomendaciones sobre las “medidas de prevención e higiene y promoción de la salud para el curso 2020/21”. Esta guía, con la realidad actual, ha quedado obsoleta e inservible, y habrá que esperar a ver qué pasa hasta el final de este mes.
Es decir, no ha habido una preparación ni un estudio en todo este tiempo, sino una “impresionante” dejación de funciones con la excusa de agosto y que cada comunidad haga lo que quiera. Dudo mucho que a esos jóvenes que se les esté preparando para su futuro y vayan a aprender las herramientas para pagar las costas actuales, a pesar que algún dirigente político responsable diga: “Durante años, una especie de egoísmo colectivo ha llevado a los gobiernos a desviar la atención y los recursos hacia iniciativas que generaron garantías y retornos políticos inmediatos. Esto ya no es aceptable”.
La pandemia obliga a cambiar demasiadas cosas y mientras otros siguen erre que erre en su paranoia personal, con algún apoyo social, cuesta entender como con la que está cayendo se siga mirando al dedo y no a la luna.
Se empecinan en no querer ver que Europa no va a mover un dedo por más que se paseen por Waterloo, ya que allí lo que se afirma es todo lo contrario que acá: “Debemos confirmar nuestra adhesión a Europa y sus normas de responsabilidad, pero también reconocer nuestra interdependencia y solidaridad”, apuntó el exbanquero Draghi. “El proceso de toma de decisiones sea menos difícil y refleje la convicción de la necesidad de una Europa fuerte y estable”, añadió.
En cambio acá seguimos divididos, separados y rotos y cada uno va a su avío. Ande yo caliente y ríase la gente: ERC no pierde ocasión de dejar a Torra en ridículo. Las próximas elecciones están agrandando la brecha entre las distintas familias del colectivo político ‘indepe’, de tal forma que es decir una cosa un bando (el de los ex convergentes, por ejemplo) y ponerse en contra el otro (el de ERC).
En fin, es lo que hay, ¡Dios qué cruz! ¡Hasta cuándo!
Luis Fernando Valero
(NOTA: En estos momentos de crisis y de hundimiento de publicidad, elCatalán.es necesita ayuda para poder seguir con nuestra labor de apoyo al constitucionalismo y de denuncia de los abusos secesionistas. Si pueden, sea 2, 5, 10, 20 euros o lo que deseen hagan un donativo aquí).
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.