Desde finales de julio, ando recorriendo tierras gallegas y miren que curiosa fuente encontré hace unos días en una pequeña parroquia (de poco más de 600 habitantes) de un municipio del interior de Galicia. Según me dijo un paisano (ya octogenario) del lugar, la fuente es de los años 50 y ahí sigue viendo pasar el tiempo y cumpliendo su función, sin que a nadie parezca molestar.
La bandera lleva en la misma desde las pasadas fiestas del pueblo. Esperemos que los talibanes de la Memoria Histórica no se percaten de la existencia de esta reliquia del pasado y ordenen vehemencia, como vienen haciendo desde la Ley de Memoria Histórica de Zapatero y ahora con la eufemísticamente llamada Ley de Memoria Democrática de Sánchez (aprobada también por los «demócratas» herederos de ETA, Bildu) , su destrucción o como dicen ahora su reinterpretación.
Ya lo dijo George Orwell en su novela “1984”: “Toda grabación ha sido destruida o falsificada, todo libro reescrito, toda fotografía retocada, toda estatua y edificio público rebautizado, toda fecha ha sido alterada. Y el proceso continúa día tras día y minuto a minuto. La Historia se ha detenido. Nada existe excepto un presente sin fin en el que el Partido siempre tiene razón” .
Salvador Caamaño Morado (autor del libro «Tarragona 1936. Terror en la Retaguardia»)
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