España está viviendo una delicada situación económica y social, pero en estos tiempos de incertidumbre hay valores que son seguros y que aúnan, al mismo tiempo, la cualidad de ser una buena inversión al mismo tiempo que proporcionan disfrute. La vivienda, siempre que sea de calidad y con una buena ubicación, siempre es una garantía. La situación es clave, porque ha de estar en una zona que garantice el valor de la misma. Y, tras una pandemia como la que ha sufrido nuestro país, el poder contar con un piso en una ciudad que sea sinónimo de descanso y ocio es aún más importante.
En la segunda corona metropolitana de Barcelona no hay tantos destinos que tengan unos buenos servicios, una vida cultural activa y un elemento de atracción tan potente como una playa de reconocido prestigio y un ambiente marinero tradicional. Sitges es, sin duda, una de ellas por su historia y por su gran prestigio una de esas villas gracias a su prestigioso festival de cine, su arquitectura modernista y el encanto de muchas de sus calles.
Pero uno de los grandes secretos de la comarca del Garraf es su capital, porque se trata de una de esas ciudades con encanto que aúnan lo mejor de la tradición y la modernidad. Hablamos de Vilanova i la Geltrú, centro comercial y turístico de primer orden con focos de atracción tan importantes como el Museo del Ferrocarril, uno de los más importantes en su género de Europa, o el Museo del Mar, que recoge todo el espíritu de una de las poblaciones más marineras de Cataluña. Apostar por la obra nueva en Vilanova i la Geltrú es sinónimo de conseguir, a un buen precio, una vivienda que se convertirá en un oasis de bienestar en una población que es sinónimo de calidad de vida.
Carnaval, castells y playa
Hay que destacar una oferta gastronómica de primer orden, porque Vilanova i la Geltrú es mucho más que su popular xató, una ensalada con fundamento a base de escarola bien aliñada con salsa romesco y anchoas, atún y bacalao, una sencilla exquisitez que ha traspasado fronteras. Es una ciudad perfecta en la que establecer una segunda residencia, para descansar los fines de semana mientras se disfruta de sus playas, restaurantes, su paseo marítimo y sus calles con encanto, con un centro histórico en el que perderse y revivir tiempos pretéritos. Y también de sus castells, porque las columnas humanas que se alzan imparables hacia el cielo son algo más que un espectáculo, es una forma de vivir. En invierno su Carnaval, uno de los más populares de Cataluña con su tradicional guerra de caramelos, es el rey. Y en verano su olor a brisa mediterránea, su calor y su hospitalidad la convierten en un destino más que atractivo en el que disfrutar de un clima envidiable.
Una tierra de oportunidades
Su atractivo como inversión reside que no solo es un foco de segundas residencias, un enjambre de apartamentos de baja calidad destinados a acoger como colmenas a turistas de quita y pon. Al contrario, la oferta de pisos nuevos en Vilanova i la Geltrú es más que atractiva, sobre todo porque no es un destino de sol y playa, de esos que cuando viene una crisis generan un montón de ladrillo vacío. Su importancia como centro económico de la zona, y su capacidad de atracción de barceloneses deseosos de vivir en una zona más tranquila, es una garantía de futuro.
Su dinamismo convierte a Vilanova i la Geltrú en un mercado inmobiliario en alza, sobre todo porque su distancia con Barcelona, con la que está bien conectada por ferrocarril y por autopista, es lo suficientemente corta para que también sea el domicilio de muchos profesionales que se desplazan a la capital para trabajar, pero que prefieren alejarse de la gran metrópoli para establecer su hogar en un entorno más amigable. Sobre todo, cuando el teletrabajo poco a poco va cogiendo fuerza dentro de nuestra sociedad, y en los sectores más dinámicos de nuestra economía se tiende a repartir el tiempo laboral entre el domicilio particular y la empresa. A la seguridad de una vivienda de calidad, se une la tranquilidad de saber que es una inversión de futuro que puede interesar a futuros compradores que buscan una primera o segunda residencia en una ciudad atractiva por sí misma.
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