La Asociación por la Tolerancia, la “Tole”, nació en 1992 con el objetivo de defender los derechos de los ciudadanos de habla española en Cataluña, que se veían amenazados por las políticas asimilacionistas de los sucesivos gobiernos de la comunidad autónoma que pretendían (y pretenden) valerse de la lengua catalana como arma para construir un nuevo país.
Pronto, sin embargo, entendimos que la defensa de la tolerancia implicaba el compromiso con los derechos humanos, una de cuyas más patentes violaciones es el terrorismo. Por ello, se decidió hacer todo lo posible por amparar a las víctimas y contribuir a la rebelión social contra esa lacra y sus apoyos, para avanzar en su erradicación. Al servicio de esta idea y para conmemorar el Día Internacional de la Tolerancia, establecido el 16 de noviembre por la UNESCO, se decidió en noviembre de 2002 iniciar un Ciclo de Cine contra el Terrorismo. Este año alcanza su vigésima edición.
En el parlamento de inauguración de ese primer Ciclo, la presidente Marita Rodríguez dijo:
Nosotros vemos la tolerancia como la virtud que hace posible el entendimiento y la paz, y, con ello el progreso económico y social. Es lo que podríamos llamar una actitud activa de reconocimiento de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales. No es la concesión o condescendencia hacia los que quebrantan esos valores.[…]
Pero hay otro aspecto que no cubre el código penal, que podríamos llamar social y educacional. Hacen falta campañas que nos recuerden que el terrorismo es siempre una forma perversa de actuación política que envilece y devora la causa que pretende defender. Y no caben distingos; todos los terrorismos son iguales.
Y en el programa de mano el reputado crítico e historiador Román Gubern tuvo a bien escribir un magnífico texto (tristemente vigente) cuyo último párrafo rezaba así:
Valga este preámbulo para presentar este primer ciclo de películas y debates en torno a la tolerancia, tal como ha sido abordada desde diferentes miradas cinematográficas. Padecemos hoy en nuestro mundo, y concretamente en nuestro país, un grave déficit de tolerancia en ciertos ámbitos vitales, como lo están haciendo patente algunas ideologías excluyentes, instaladas en ocasiones en instituciones públicas, que se amparan a veces en trasnochadas argumentaciones étnicas para negar derechos elementales al otro, al distinto, al que no piensa como ellos. Demasiada sangre se ha derramado ya, tras la caída del Estado racista que pretendió ser “el Reich de los mil años”, en nombre de pretendidas purezas endógamas, de cantonalismos encastillados y en nombre de la salvaguarda de esencias patrias. Quienes padecimos la prolongada dictadura del general Franco y contribuimos a combatirla, no olvidaremos nunca su reclamo continuo y perverso a una “patria” excluyente y su descalificación de las “campañas antiespañolas”, que formaron parte de su agresivo sistema ideológico. Ahora, desde otros supuestos étnicos o territoriales, algunos políticos pretenden prolongar aquella lógica perversa del dictador, es decir, la lógica fascista del odio al discrepante y al diferente, a quien se le niega incluso el derecho a la vida, el primero y el más elemental de todos los derechos humanos.
En estos 20 años, hemos tenido ocasión de recorrer un buen trecho de la producción cinematográfica española e internacional en torno a la violencia y el terrorismo y hemos gozado de la presencia y la colaboración de los mejores especialistas, de las asociaciones de víctimas y también de cuerpos policiales, siempre gratis et amore. Todo ello ha sido posible gracias a la buena voluntad y entrega de los participantes y, sobre todo, al apoyo de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, que financia los ciclos casi en su integridad. Hemos tratado, en definitiva, de poner nuestro granito de arena en la tarea de extender una conciencia social crítica.
Situándonos ya en el presente, el próximo día 13 de noviembre, a las 17 h, empieza en el Instituto Francés de Barcelona (C/Moià, 8) nuestro XX Ciclo de Cine para la Tolerancia y contra el Terrorismo. Ese día, en primer lugar, proyectaremos la original película Eva Stories, que narra la historia de Eva Heyman, la denominada “Ana Frank húngara”, en clave de actualidad, como si hubiese sido una chica de hoy en día, con su móvil como principal herramienta de comunicación.
Después, tendremos el testimonio excepcional e inédito en España de Ileana Mateescu, una historiadora que fue deportada junto a toda su familia, durante la época del comunismo en Rumanía. Para encuadrar su testimonio y los documentales, también contaremos con la participación de Fernando Navarro García, especialista en totalitarismos.
Y para finalizar esta primera jornada, proyectaremos el documental La imagen perdida, sobre las atrocidades de los Jemeres Rojos en Camboya.
El día 20 de noviembre continuará el ciclo con la proyección de Voces sin libertad, de nuestro premiado Iñaki Arteta (quien, por cierto, participó también en la primera edición del Ciclo en 2002 con “Sin libertad”, el documental que sería la base en 2004 de “Voces sin libertad” y que en este Ciclo recordamos) y la presencia de Rosa Díez y Jon Viar, director de la aclamada Traidores, que también será proyectada.
Esta última cinta ha adquirido especial relevancia a raíz de su pase en la 2 de TVE y de la polvareda levantada por las declaraciones de Arnaldo Otegi, líder de la izquierda abertzale, que muchos interpretamos como un falso e interesado arrepentimiento. Sobre este particular, publicitamos el inicio del presente Ciclo el pasado octubre en Pamplona con una nota que reproducimos parcialmente aquí:
“Las declaraciones de Otegi -persona cuya militancia etarra quedó probada ante la Justicia-, empoderado por un muy significado y numeroso grupo de correligionarios (de los que el Gobierno de España se sirve en coalición), constituyen un intento de avanzar un paso más en el blanqueamiento de los crímenes etarras y de borrar de la memoria democrática sus atrocidades; el sinsentido de tanto sacrificio humano.
Sus palabras humillan a los españoles y, sobre todo, a las víctimas. Suenan al relato hipócrita y ficticio de la “solución pacífica”, cuando ésta sólo es efectivamente posible con la asunción completa de la responsabilidad del terrorismo, el esclarecimiento de los crímenes no resueltos y la denuncia de la violencia pasada como un crimen contra las personas y contra la democracia.
Nuestra entidad, cuyo objetivo desde 1992 ha sido la promoción y realización de actos cívicos, dentro del marco de la Constitución, de la ley y de la ética, no puede sino rechazar por incompleta esta nueva actitud. De modo que no tenemos intención de ceder. Seguiremos ofreciendo nuestro tiempo y esfuerzo en defensa de la dignidad de las víctimas y de la libertad, sin desfallecer en el empeño de oponernos constitucionalmente al terrorismo y a su blanqueo.”
En ello estamos. Contamos con su presencia, sin la cual nada de lo que hacemos tiene sentido.
Pueden encontrar información completa y detallada del Ciclo y de las películas y documentales en nuestra Web.
ASOCIACIÓN POR LA TOLERANCIA
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