Ricardo Rivero, rector de la Universidad de Salamanca, ha puesto el dedo en la llaga denunciando la cobardía de los rectores de las universidades públicas catalanas. Lo hizo en una imprescindible entrevista en el periódico El Mundo. Comentó que la decisión de dichos rectores de imponer el 80% de las clases en catalán «es un error estratégico» porque van a «aislarse internacionalmente» dada la gran potencia a nivel mundial de la cultura y la lengua española.
Cuando el periodista le preguntó porque los rectores de las universidades públicas catalanas han tomado esta medida, si les perjudica, la respuesta fue muy preocupante para el futuro de la enseñanza superior en Cataluña: «En algunos rectores hay una tentación de coqueteo con un movimiento radical como es el independentismo. En todas las universidades catalanas hay grupos muy activos independentistas y, si coquetean con ellos, supongo que se sienten más protegidos. Pero es un error».
Y añade que «en parte» coquetean con estos grupos para mantenerse en el poder. Y que su postura es vista así por los rectores del resto de España: «Antes teníamos colegas en las universidades catalanas con posiciones mucho más institucionales«. Y la solución, en su opinión, pasa por las mismas universidades catalanas que son las que deben «reaccionar contra ese movimiento». Ya que «desde fuera podemos solidarizarnos con las personas que tienen problemas allí, pero debe haber un cambio interno».
Y sobre las agresiones que han sufrido en la Universidad Autónoma de Barcelona los jóvenes de S’ha Acabat! dijo que «es absolutamente inaceptable que personas sean atacadas por su forma de pensar».
Rivero ha puesto sobre la mesa la triste realidad de las universidades catalanas: en manos de grupos separatistas radicales, con unos rectores cobardes que prefieren evitarse problemas pactando con ellos y permitiendo la violencia y, sobre todo, el arrinconamiento de la lengua española, idioma que daría a estos centros una ventaja competitiva a nivel internacional. Y el Rector de Salamanca da la clave: otras universidades del resto de España pueden ayudar, pero es imprescindible una revuelta cívica en las facultades catalanas. Habrá que ponerse a ello para evitar que se conviertan en cotos de caza de los totalitarios.
Solo así se acabarán las agresiones a S’ha Acabat!, los insultos y señalamiento a profesores no separatistas y que los secesionistas revienten los actos que no sean de su agrado. Hace falta que la comunidad universitaria se plante, democráticamente, ante sus rectores y ante los alumnos violentos que no son más que bandas de la porra.
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