Tal como era previsible, el secesionismo insiste en su desnortada andadura. La admisión a trámite de la Mesa tiene que ser inmediatamente recurrida ante el TC, al margen de lo que haga el pleno cuando se vote.
Además, parece que también van a formar, al margen de toda legalidad, una asamblea y un consejo en Bélgica, arropando a los prófugos de la justicia y desnaturalizando así la legitimidad de las instituciones catalanas.
Todo ello les continúa situando al margen de la legalidad vigente, incluso con el art. 155 en vigor, lo que indica que de poco han servido las medidas tomadas en su aplicación, porque continuamos estando en las mismas.
Si ello tampoco es acicate para que el constitucionalismo, en su conjunto, tome las medidas apropiadas para reponer el legítimo orden jurídico-constitucional, tendremos que pensar, desde la ciudadanía, cómo poder hacer frente a una situación que nos deja como rehenes de esa mayoría parlamentaria que, sin corresponderse con la mayoría social, pretende imponer su programa contra viento y marea.
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