Desde muy joven, Claudi Ametlla (1883-1968) se dedicó al periodismo y escribió asiduamente. Militó en Acció Catalana Republicana, partido de Lluís Nicolau d’Olwer, Durante la República fue Gobernador Civil, primero de Gerona y luego de Barcelona, llegó a ser diputado del Congreso en 1936.
Regresó del exilio en 1948 y quince años después publicó en Barcelona (en la Editorial Pòrtic) sus Memòries polítiques. En un lugar hace balance de los graves acontecimientos y, refiriéndose al 6 de octubre de 1934, ‘una gran desventura’, señala que a pesar de la proclama federalista “los catalanes vieron en ella un golpe contra España y contra la República que la representaba”.
Habla de los catalanes que solo tienen un problema, el nacional, y que creen que una vez resuelto la felicidad será inevitable, como individuos que han amado más el símbolo que el fundamento. Ametlla sostiene que “son los del o todo o nada, que se han quedado con nada. Los que bailando sardanas y gritando ‘Visca Catalunya lliure!’ han creído alcanzar el sumo catalanismo, el catalanismo único”.
Así se ha llegado a “un catalanismo sin sustancia haciendo barbaridades en todos los momentos cruciales de nuestra historia”.
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