El actor Juanjo Puigcorbé fue fichado por Esquerra Republicana para ser número dos de su lista por Barcelona en las elecciones municipales de 2015, y tras los comicios fue concejal de Cultura de la Diputación de Barcelona, puesto del que fue destituido en 2018 por un informe interno que le acusaba de maltrato laboral. Puigcorbé siempre aseguró que era falso y que el fin dl documento obedecía a rencillas políticas internas y a un intento de arruinar su vida personal y profesional.
Este martes ha dado una entrevista a ‘La Vanguardia’ y reconoce que «después de los cuatro años de política en los que aunque hipotéticamente podía seguir trabajando jamás lo hice porque no tenía tiempo humano, en los tres años siguientes que estuve en Barcelona ni mi mujer ni yo hemos tenido ningún tipo de trabajo. Lo cual es un poco espeluznante. Es muy difícil vivir en una ciudad en la que no puedes trabajar».
Y atribuye su imposibilidad de encontrar trabajo como actor en Barcelona a que «en Barcelona siempre veo a la misma gente, en los mismos sitios durante todo el rato. Inauguré el Centre Dramàtic de la Generalitat con el Peer Gynt de Ibsen y sin embargo en los últimos 36 años no he recibido ninguna propuesta ni del Lliure ni del Teatre Nacional de Catalunya. Ya he entendido el mensaje».
Añade que mientras en Barcelona le vetaban, «en Madrid siempre me han tenido en cuenta. Incluso en el periodo que estaba en política» ya que «en Madrid ha habido siempre una tercera parte de la población actoral catalana. Núria Espert, Marsillach, Fernando Guillén, Aurora Redondo, Alicia Agut. Es un país que no absorbe toda la potencia creativa que tiene y por eso crea tantos catalanes universales, porque todo el mundo se va». Comenta que «en Madrid siempre me han tratado bien. En Barcelona no es que me traten mal, es que no me tratan».
Achaca su paso por la política a que «era un momento en el que también estaba un poco disgustado con cosas que sucedían aquí. Y habían pasado muchas cosas: todo lo del Estatut, las grandes manifestaciones de Barcelona… Me ofrecieron la posibilidad de ir a la concejalía de Cultura o a la Diputación de Barcelona como diputado de Cultura, que es lo que finalmente hice».
Y cree que su caída en desgracia y la consiguiente persecución política por parte de ERC fue porque «intentaba hacer las cosas según un criterio racional que no fuera de partido y empezaron las fricciones internas… y la manera de resolverlo me pareció terrorífica. Lo que me hicieron no tiene justificación de ningún tipo. Me buscaron la ruina y ya está». Añade que «hubo una voluntad de destrucción de una persona. Hubo voluntad de que lo pasara mal. No quiero decir que yo no tenga la culpa de cosas, tengo mi parte de responsabilidad, pero el ensañamiento…».
NOTA DE LA REDACCIÓN: elCatalán.es necesita su apoyo, en este contexto de grave crisis económica, para seguir con nuestra labor de defensa del constitucionalismo catalán y de la unidad de nuestro país frente al separatismo. Si pueden, sea 2, 5, 10, 20 euros o lo que deseen hagan un donativo aquí.
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.