Un presidente de la Generalitat que se precie debe estar a la altura de las circunstancias cuando toca, y cuando ya se acumulan seis días de violencia extrema en Cataluña, Pere Aragonès anda totalmente desaparecido.
Desde que comenzó la crisis de violencia se ha negado a condenar de forma explícita los actos vandálicos y la violencia en las calles de la comunidad autónoma, así como los saqueos a comercios y destrozos a bares y restaurantes.
Aragonès parece el candidato mejor posicionado para presidir la próxima legislatura catalana, pero está dejando bien a las claras su sectarismo ideológico, negándose a mostrar un apoyo inequívoco a la labor de los Mossos, en estos días duros de trabajo para centenares de policías.
Cataluña cabalga hacía la degradación absoluta, con unos gobernantes que ponen en tela de juicio de forma constante el trabajo de la policía y busca excusas y justificaciones para los violentos. El futuro es muy oscuro en la comunidad autónoma, y más si cabe si se encuentra en manos de personajes como Aragonès.
NOTA: En estos momentos de crisis y de hundimiento de publicidad, elCatalán.es necesita ayuda para poder seguir con nuestra labor de apoyo al constitucionalismo y de denuncia de los abusos secesionistas. Si pueden, sea 2, 5, 10, 20 euros o lo que deseen hagan un donativo aquí).
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.