Barcelona ha sido víctima de la barbarie. Sin entrar en los detalles, que poco a poco los diversos cuerpos policiales irán desgranando, y sin pedir responsabilidades, porque ahora es el momento del duelo y la solidaridad, lo que sí queda claro es que ahora toca que todas las administraciones públicas dejen sus disputas y sus diferencias políticas y trabajen juntas para intentar curar las heridas que una salvajada de tal calibre dejará en nuestra sociedad.
Es el momento de la unidad. De trabajar juntos para que este tipo de hechos no se vuelvan a repetir. Ni en Barcelona, ni en Cataluña, ni en el resto de España ni en ninguna parte de este planeta. La locura asesina ha de ser combatida con firmeza, pero con democracia. Sin fisuras, pero sin culpabilizar a quien no tenga responsabilidad. Con inteligencia, evitando las prisas y las urgencias de tomar decisiones precipitadas para hacer ver a la opinión pública que se hace algo.
El mundo es un lugar peligroso. Lleno de guerras, intolerancia, odio y miseria. Tenemos la suerte de vivir en un país rico, que padece desigualdades, pero en el que la gran mayoría de la población al menos cuenta con lo básico para vivir. Justo lo que no pasa en buena parte del planeta. La sociedad catalana se ha dividido por nimiedades mientras en otros lugares la sangre y el fuego son el pan nuestro de cada día. El distraernos con la accesorio nos hace olvidar lo importante: los intolerantes han declarado la guerra a nuestro estilo de vida y están sembrando el terror en las principales ciudades del planeta.
Ahora nos ha tocado a nosotros. Mañana le tocará a otros países hermanos. Y pasado mañana nos puede volver a golpear. Toca unir fuerzas y centrarnos en lo único importante: defender la democracia y la tolerancia en un mundo que tiende a levantar muros y establecer nuevas fronteras, tanto físicas como mentales. Ojalá nuestros políticos, de todo signo y condición, tomen nota. Lo primero, centrarse en dar apoyo de todo tipo a las víctimas y sus familiares y honrar la memoria de los fallecidos, y no en lanzarse la pelota de la asunción de responsabilidades.
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.