Efemérides de la semana pasada, la épica resistencia de militares españoles en el sitio de Baler (isla de Luzón en Filipinas), que nos puede ayudar a visualizar la situación del mundo asociativo constitucionalista en Cataluña.
Por genética histórica los españoles somos muy de pasar de todo, hasta que llega un punto de inflexión que nos da la vuelta el cerebro y ya podemos ser 10 contra 100.000 que nos importa un comino el resultado.
Esta es la situación actual de las entidades que defienden la Constitución Española en Cataluña: cercados, solos y sin esperanza de refuerzos.
Josep Borrell era el Mesías y se va al Parlamento Europeo con una gestión que mi amigo y compañero François Meylan, a través de su asociación Catalogne Peuple d’ Espagne, ha reflejado nula de creatividad y capacidad mediática.
Los jóvenes de la asociación S’ha acabat!, la Asamblea por una Escuela Bilingüe en Cataluña y otros son un ejemplo en el ámbito de la educación.
Barcelona con la selección en el ámbito deportivo, con sus voluntarias sufriendo agresiones físicas.
Por no hablar, en el ámbito de la seguridad pública de la Unión de Mossos por la Constitución y otros donde llueven ostias (eufemismo de expedientes disciplinarios) a diario. O aquellos que hacen el trabajo gratis a los servicios de limpieza municipales.
Situación generalizada en todos los ámbitos: oficialmente muy buenas palabras, apoyos verbales, pero con nula capacidad de maniobra asociativa por falta de recursos económicos.
Las pocas asociaciones que tienen acceso a subvenciones públicas tienen que invertir un esfuerzo humano y logístico titánico para superar todas las trabas administrativas y las que lo intentan a través de entidades claves, fundaciones, etc.. No tienen ningún éxito por la hiper politización en negativo del sistema constitucionalista en Cataluña.
Alguien se cree que con la ANC como entidad de referencia, los diferentes departamentos de la Generalitat o la multitud de Ayuntamientos de Cataluña ponen trabas, excusas, exigen proyectos de última generación o similar para financiar a las asociaciones afines. Si alguien se lo cree, hay un informe del Tribunal de Cuentas que evidencia en materia de acción exterior (DIPLOCAT) el : “está to pagao”.
El sistema político ideológico en Cataluña evidencia la importancia del tejido asociativo, sólo tienen que valorar la cantidad de sus líderes actuales que provienen del mismo y la potencia económica y mediática de su entidad de referencia. A su vez la capacidad política de consensos en sus temas claves.
Si valoramos el sistema constitucionalista en Cataluña tenemos a las asociaciones con gente creativa, motivada y preparada pero que deben volcar su energía en conseguir recursos económicos para contrarrestar un sistema político ideológico hiper financiado. Una lucha desigual, pero que no cunda el desánimo porque en España somos rollo épico y llegados al punto actual solo hay que mirar el pasado histórico: romanos, árabes, franceses, etc…
La rojigualda mantendrá la posición en Cataluña gracias principalmente a los integrantes del asociacionismo constitucionalista, pero si dejamos de lado la hiper politización y llegan refuerzos económicos para todos sería de agradecer.
David Hernández es presidente de Politeia
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
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