El definir como «fascista» a todo aquel que no es secesionista forma parte de la estrategia política del separatismo para que nadie ose discrepar públicamente por miedo a ser insultado y señalado.
Recordemos como en el pasado reciente la actriz Rosa María Sardà, el cantante Joan Manuel Serrat, entre muchos otros, han sufrido linchamientos por parte del secesionismo, con múltiples acusaciones de «fascistas» de por medio, simplemente por no seguir sus dictados.
El espacio público es de todos, y no es exclusivo de los secesionistas. Imponer una ideología “por narices” está mucho más cerca del fascismo que los secesionistas dicen denunciar que el descolgar banderas esteladas de los espacios y edificios públicos.
Los que se llenan la boca llamando «fascistas» a los constitucionalistas catalanes deberían mirarse en un espejo.
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.