Muchos agentes de los Mossos d’Esquadra son solo policías que quieren hacer bien su trabajo, pero no se puede decir lo mismo de los que dirigen el cuerpo. De la misma manera que Carles Puigdemont entró y huyó como quiso el 8 de agosto de 2024 los Mossos d’Esquadra se volverán a ‘despistar’ cuando a los partidos secesionistas les interese que algún enemigo de España entre o salga del país.
La policía autonómica catalana ha demostrado que es un cuerpo muy poco de fiar. Darle a la Generalitat que dio un golpe de Estado, y que puede volver a ser gobernada en unos años por los mismos que presumen que “lo volverán a hacer”, competencias sobre la vigilancia de fronteras, puertos y aeropuertos es un suicidio.
Nunca hemos de olvidar que los Mossos permitieron que se celebrara la consulta ilegal del 1 de octubre de 2017 cuando había una orden judicial para que se impidiera. Las imágenes de compadreo entre agentes y activistas que se saltaron ese día la ley fueron un insulto al Estado de derecho.
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