Este pasado miércoles los golpistas han ido saliendo de prisión, y como era de esperar no lo han hecho con ningún tipo de arrepentimiento, y si cargados de chulería y dispuestos a insultar y humillar el buen nombre de España.
“Hoy es un gran día para este país porque pese a lo que nos han querido hacer salimos unidos, de pie para ganar la libertad de este país“, ha reivindicado Jordi Sánchez, ex presidente de la ANC. En similares términos se expresaba Josep Rull: “Nos dicen que tenemos derecho a ser independentistas pero que no tenemos derecho a conseguir la independencia. Pues les decimos que seguiremos luchando por conseguirla y ganarla”.
Los golpistas, tan sólo salir de prisión, dedicaron gruesas palabras contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como contra la justicia de nuestro país, Las soflamas habituales de los radicales secesionistas.
Ni una sola palabra en favor de la convivencia, del respeto a las leyes o un atisbo de pedir perdón por romper la convivencia en Cataluña y haber arruinado a la que a buen seguro era la comunidad autónoma con mayor futuro económico de España.
El Gobierno de Pedro Sánchez se cree capaz de ‘domar a la bestia’, pero no lo tendrá ni mucho menos fácil, porque la sensación existente en la calle es que el separatismo ha logrado un balón de oxígeno cuando peor y más dividido se encontraba.
La traca final a todo eso la puso el ex conseller Jordi Turrull, a las puertas de la prisión de Lledoners, cuando afirmó que “que lo escuchen bien alto, nuestro compromiso para culminar lo que empezamos el 1 de octubre ni es parcial ni es revisable“.
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