Una de las mejores noticias del mercado de verano para la afición perica fue cuando el central uruguayo Leandro “Lele” Cabrera renovó su contrato con el RCD Espanyol hasta junio de 2026, con opción a un año adicional según rendimiento. Esta decisión consolidó a uno de los líderes más sólidos del vestuario perico, tanto por su rendimiento en el campo como por su implicación con el proyecto deportivo del club.
Cabrera representa esa clase de futbolista que no necesita grandes titulares para demostrar su valor: lo hace cada jornada, con entrega, seriedad y constancia. Desde su llegada en enero de 2020, Cabrera ha sido una pieza fundamental en la defensa del Espanyol. Con más de 200 partidos disputados con la camiseta blanquiazul, ha dejado atrás cualquier duda sobre su jerarquía dentro del equipo.
Su presencia en el campo impone respeto, y su carácter competitivo lo ha convertido en una figura de referencia tanto para los compañeros como para la afición. Durante la temporada 2024/25, el defensor charrúa firmó una de sus mejores campañas. Participó en 33 encuentros – 32 como titular -, anotó cuatro goles y fue clave en la estabilidad del equipo durante momentos delicados. Su rendimiento no solo ha sido constante en defensa, sino también sorprendente en ataque, contribuyendo en jugadas clave que marcaron partidos importantes.
La renovación de Cabrera no solo obedeció a sus estadísticas, sino a su compromiso inquebrantable con el club. Días antes de que el Espanyol sellara su permanencia en Primera División, el jugador ya había expresado públicamente su deseo de continuar si se alcanzaba ese objetivo. Dicho y hecho. El acuerdo se cerró rápidamente, reflejo de una relación fluida y de mutua confianza entre el futbolista y la entidad.
El técnico Manolo González ha destacado en varias ocasiones el valor humano y profesional de Cabrera. En un vestuario que combina juventud con experiencia, su figura actúa como punto de equilibrio. Es uno de esos futbolistas que entienden la camiseta que visten, y que no necesita brazaletes para ejercer liderazgo..
Más allá del césped, el uruguayo ha sabido ganarse el respeto del entorno blanquiazul por su cercanía, profesionalidad y actitud humilde. Su renovación representa también una apuesta por los valores que el Espanyol quiere transmitir: compromiso, trabajo y fidelidad.
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