El gobierno municipal de Barcelona durante la pandemia se dedicó a instalar pilonas de hormigón en las principales calles de la capital catalana, todo para reducir el tráfico rodado.
La guerra abierta desde el gobierno de Barcelona contra los coches y las motos es evidente, basta circular por el centro de Barcelona para comprobarlo. Pero además estas pilonas se están convirtiendo en un verdadero peligro que ha despertado severas críticas de los usuarios.
Hace unos días un joven motorista ha fallecido al impactar contra una de estas pilonas amarillas, sucedió en la calle Balmes, y Ada Colau llevó a cabo un tuit dando un pésame lamentable e indigno a familiares y amigos.
“Mi calor a las personas queridas del motorista muerto hoy. 14 personas han muerto este año en siniestros de tráfico solo en Barcelona. 14 vidas truncadas, 14 familias golpeadas. Necesitamos corresponsabilidad y reducir la velocidad de la ciudad para conseguirlo“, de esta manera trasladó su pésame la alcaldesa Ada Colau, dejando entrever que las causas del accidente y la muerte del joven era exceso de velocidad, cuando la investigación de lo sucedido sigue abierta.
Las asociaciones de motoristas como es lógico se han encendido ante este nuevo bochorno de la alcaldesa de Ada Colau y han anunciado movilizaciones para mostrar su rechazo a estas pilonas que aseguran son un peligro para su seguridad.
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