El pasado lunes día 5, se celebró un acto separatista pro “Presos Políticos y Exiliados” en la plaza Paeria de Lleida, frente al Ayuntamiento. Este acto, que se realiza desde hace cinco años, contó con la presencia de la imputada Laura Borràs.
Mediante redes sociales, grupos radicales se organizaron e hicieron llamamientos para boicotear el acto, animando a llevar silbatos o cualquier artefacto ruidoso para montar un escrache a la señora Borràs.
En medio de grandes medidas de seguridad y despliegue de los Mossos, con la zona acordonada para evitar incidentes graves, los radicales gritaron, insultaron, abuchearon e intentaron reventar el acto. A través de redes sociales también insultaron a los asistentes y se felicitaron por haber tomado la vía pública.
La clase política catalana reaccionó de inmediato condenando los hechos y haciendo fervientes proclamas por la libertad de expresión, el derecho a realizar actos sin incidentes y denunciando acciones judiciales contra los matones allá reunidos.
Tremendo, ¿verdad?
Pues bien, no habrán oído o leído nada de esto porque no sucedió. El acto se desarrolló con la más absoluta normalidad, y la señora Borràs y resto de participantes pudieron hacer sus discursos, proclamas y cánticos sin el más mínimo incidente.
Pero todo esto que les he relatado sí sucedió al día siguiente en el acto organizado por la Asociación de Lucha Contra el Cáncer y que contaba con la asistencia de Su Majestad la Reina Doña Letizia. Excepto lo de la reacción de la clase política catalana, por supuesto.
Yo estuve allí. Pude ver los carteles, oír los insultos, los pitos y las proclamas de los insoportables radicales de la Cup y entorno, de las plataformas antisistema y de los amigos del condenado Hasél. Incluso se dirigieron a mí y después me insultaron a través de las redes.
Ya hace muchos años que el clima político es insoportable en Cataluña. Ya hace demasiados años que las calles son tomadas por los radicales que nos pretenden expulsar o acallar. Ya hace demasiados años que los sucesivos gobiernos de Madrid no sólo no lo impiden sino que son cómplices.
Dentro de muy poco comienza un nuevo ciclo electoral. Sean ustedes muy conscientes del poder de su voto. O en Cataluña será tan insoportable vivir siendo constitucionalista, que se producirá una diáspora similar a la de la comunidad vasca. Y estará todo perdido. Y eso sí que sería insoportable.
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