En este tiempo que debería ser de calor y descanso, convertido en temporada de agitación política gracias a la CUP y a Junts pel Sí, Mariano Gomá, el presidente de Societat Civil Catalana, ha hecho una reflexión interesante, en una entrevista que dio a la edición de papel del diario La Razón.
Gomá argumenta durante la conversación cuál será el futuro del separatismo, y defiende que “nos queda mucho por ver”, pero, “sobre todo su caída y oír el ruido que hace esa caída. Pero nos va a tocar también, además de sufrir ese ruido, sufrir luego el polvo que levanta lo derrumbado. Es decir, nos va a tocar asistir a todas las secuelas que deja una cosa así, la porquería que se levanta y que se tarda mucho en limpiar”.
Ahí lo clava. Cuando el separatismo fracase, quedarán las heridas de tantos años de la falta de respeto e insultos que los secesionistas han practicado con la mayoría de catalanes que no somos secesionistas, y con el resto de españoles. Y no les veo con la humildad necesaria para pedir perdón (ellos nunca se equivocan y la culpa siempre la tienen los demás), por lo que me temo que la división de la sociedad catalana ya no tiene remedio.
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