Algunos biempensantes puede creer que al recordar el refrán español de “en boca cerrada no entran moscas” puede pensar que me refiero a una nueva dimensión del refrán español y es que si mantenemos la boca cerrada el coronavirus COVID 19 no nos infectará, porque es clave no permitir que entre en nuestro sistema respiratorio.
Pero mi intención de traer a colación el refrán no es esa, sino que al observar las declaraciones de alguna clase política catalana, además de no mantener la boca cerrada les ocurre lo de otro refrán: “Por la boca muere el pez”.
Aunque la intencionalidad final viene a ser la misma, ya Julián Marías señalaba que el refrán completo sería: “Por la boca muere el pez y la persona humana por la palabra”.
Desde hace tiempo alguna clase política catalana, que sueña con la república independiente catalana, no atinan con el lenguaje, practicando una perversión del sentido auténtico de los vocablos. Pongamos un ejemplo, para ser un cargo público, al que nadie le obliga, y que es una decisión personal que conlleva, como se sabe de antemano, la de aceptar y cumplir la Constitución que nos dimos la ciudadanía española, se han acostumbrado a retorcer el sentido de las palabras, hasta la perversión.
Cambian el significado de las mismas y a estas alturas ya no se sabe qué es la “autodeterminación”. ¿Es lo mismo que independencia? ¿Qué es autonomía? ¿Qué es el derecho a decidir? ¿Qué es votar, es poner un voto en una urna? ¿Un estatuto, está por encima de una constitución? Es más que obvio que cada vez que pronuncian las palabras les dan un sentido según el discurso o el momento en que se dice.
En estos días hemos asistido a una letanías que aseguran que Cataluña no desea tener el ejército, a las Fuerzas Armadas ”españolas” en sus tierras. Ya era tradicional el desprecio y en algunas ocasiones hasta el insulto, de algunos políticos y políticas catalanes que se empecinaban en no dejar que el Ejército participara en las Ferias educativas con argumentos entre surrealistas y cómicos por su absurda e incongruente argumentación.
En esta ocasión desde el momento que se pidió a las Fuerzas Armadas su ayuda, dada la emergencia del coronavirus, salieron ipso facto los patriotas independentistas a decir que en Cataluña (como si ellos tuvieran el monopolio de ella) no se quiere, ni se necesita a la Fuerzas Armadas.
Demostrado así, una vez más, que no saben qué papel juega el ejército, es decir las Fuerzas Armadas en una democracia. Si miraran a su alrededor verían como se tratan a los soldados en Francia, o en Estados Unidos de Norteamérica, en todas las naciones. Pero acá no, acá se es tan especial, que las Fuerzas Armadas que están formadas por la ciudadanía, en la que cada uno elige la profesión o la dedicación que desea según su propia vocación, el independentismo no las respeta.
Y cuando hablamos de “fuerzas del orden” además del ejército, incluimos las policías diversas existentes y La Guardia Civil que tantas pruebas han dado de heroísmo y sentido del deber. Tampoco ellas reciben los aplausos por parte de los independentistas.
Es obvio que algunos políticos y políticas (por aquello del lenguaje sexista) llevados por la esquizofrenia ideológica van en contra del mínimo sentido común.
(NOTA: En estos momentos de crisis y de hundimiento de publicidad, elCatalán.es necesita ayuda para poder seguir con nuestra labor de apoyo al constitucionalismo y de denuncia de los abusos secesionistas. Si pueden, sea 2, 5, 10, 20 euros o lo que deseen hagan un donativo aquí).
no recibe subvenciones de la Generalitat de Catalunya.
Si quieres leer nuestras noticias necesitamos tu apoyo.