


El alcalde de Llinars del Vallés, Martí Pujol (Esquerra Republicana), cuyo equipo de gobierno municipal aprobó dedicar un pabellón deportivo a la consulta ilegal del 1 de octubre, se encontró con una sorpresa.
En dicho pabellón de esta localidad barcelonesa había una placa conmemorativa con la leyenda “aquí se defendió la democracia el 1 de octubre de 2017”. Como ese día no hubo ningún “acto democrático” sino una consulta ilegal, la Resistencia decidió actuar.
Y tachó con pintura negra el mensaje propagandístico pagado con el dinero de todos los habitantes de Llinars para que quedara claro el rechazo de parte de los vecinos al sectarismo del gobierno municipal.
Martí Pujol, que también es vicepresidente tercero de la diputación, o uno de sus regidores actuó con rapidez y ordenó levantar la acera – la placa estaba en el suelo -, retirarla y poner una nueva en el interior del pabellón.
Dicho y hecho, la brigada municipal actuó rápidamente, ahora está a pie de pista, y el coste total de esta propaganda secesionista lo tendrán que sufragar todos los habitantes de la villa.
En dicho pabellón se votó el 1 de octubre en la consulta ilegal.

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