Diez razones aplastantes para votar a Cs en Barcelona

Queridos votantes, exvotantes, revotantes y futuros votantes por primera vez de Ciutadans: no es ningún secreto que, primarias mediante, aspiro a disputar la alcaldía de Barcelona como candidata de mi partido. Ahí van 10 razones de peso, en mi opinión, para que yo os pida el voto y para que vosotros me lo deis.

1. ¿El mejor antídoto contra Colau? No, el único: aquí sobran partidos y candidatos denunciando que Ada Colau ha destrozado Barcelona, y falta una oposición responsable que de verdad pare ese destrozo. Ciutadans renunció a la mitad de su grupo municipal antes de cambiar cromos con Colau de la mano de Manuel Valls. El problema es que los herederos de Valls siguen en el Ayuntamiento. Y que todos los demás partidos tienen algún Valls dentro: alguien dispuesto a cambiar cromos. Hay muchos intereses creados, muchas excusas, mucho lobby catalán de andar por casa donde debería haber seriedad, grandeza y altura de miras. Cada voto que me des es un seguro antiColau. El único a todo riesgo.
2. Ni voto útil, ni voto fútil: voto decisivo. Los grandes dinosaurios de la política catalana, los que de una manera o de otra llevan toda la vida mandando, son reacios a rendir cuentas o a que les controle nadie. Una de las razones por las que Ciutadans da miedo, cada vez más, y se le intenta descatalogar o incluso “matar”, es por su capacidad de volver a ser decisivo -y esta vez con manos libres, sin imposiciones cocinadas en lejanos despachos de Madrid y sin ir en coalición con nadie…- y de decidir quién va a ser el próximo alcalde o alcaldesa. Yo no me voy a tomar esa capacidad de decisión a la ligera.
3. La policía tiene que estar segura para que todos estemos seguros. Un plan de seguridad tras otro se han estrellado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Barcelona. Nadie hasta ahora se ha tomado en serio el derecho a ir por las calles sin sobresaltos, a dormir tranquilo sin que te entren a robar y sin que los antisistema mimados por parte del sistema amedrenten a vecinos y pongan en peligro su integridad física y sus negocios, como durante largos años hemos visto y todavía seguimos viendo a veces en Meridiana. Y en otros barrios. Nadie está seguro si la policía no está segura y si no se revierte la pérdida de autoridad que ha padecido y padece desde que un alcalde como Xavier Trias permitió el “campi qui pugui” de Can Vies. Queremos muchos más agentes de policía (4.500 en lugar de los actuales 3.200), agentes mucho más próximos y con capacidad de acción rápida, agentes mucho mejor equipados (vamos a empezar pidiendo para ellos 100 millones más) pero sobre todo, sobre todo, queremos que estos agentes puedan hacer su trabajo, que es protegernos a todo, sin miedo de la alcaldía o de la conselleria de Interior de la Generalitat (la mejor aliada de Colau para sembrar el caos…) y ante la dejadez de la delegación del gobierno de la nación. Basta de anarquía barata. La seguridad es el derecho de todos, no sólo de aquellos que se pueden permitir alarmas y vigilantes privados.
4. Vecinos dentro, okupas fuera. Las casas son de sus propietarios, que sólo ellos saben lo que han sufrido y sufren para pagarlas, no son del Ayuntamiento, que se tapa las vergüenzas de sus incumplimientos electorales (Ada Colau ha incumplido su promesa electoral sobre viviendas oficiales, prometió 8.000 viviendas con la misma alegría con que Felipe González prometió crear 8 millones de puestos de trabajo: no se ha cumplido ni de lejos un 20 por ciento ni de lo uno, ni de lo otro) poniendo a los okupas a media pensión con el dinero y la propiedad privada de todos. Y haciéndonos creer encima que eso es modernidad y progresismo, acomplejando a muchos dirigentes políticos incapaces de plantarse y decir lo que diré yo si soy alcaldesa: que no me va a temblar la mano para echar a los okupas fuera y volver a meter a los vecinos dentro, apoyados por la Administración para variar. Si hay que cambiar leyes injustas, se cambian. Hasta aquí
5. Que alquilar no sea llorar. No vale con “movilizar” 1.400 viviendas sociales cuando se prometieron 8.000, no vale con darle abrazos del oso a la construcción privada que la desincentivan, no vale ir comprando pisos a 200.000 euros a escondidas o llamar hogares a contenedores. Si queda alguien que tiene la más mínima duda de que cada día que Colau es alcaldesa, alquilar un piso en Barcelona se convierte en misión casi imposible para una persona/pareja/familia normal, ese alguien que venga a hablar con nosotros y ya le explicamos el plan que tenemos para volver a hacer de Barcelona una ciudad HABITABLE. Que esa y no otra es la primera obligación de un Ayuntamiento. No echar a los ciudadanos de su ciudad. Garantizar un parque de alquiler razonable y acorde con los salarios que de verdad cobra la gente.
6. Urge revertir los hachazos fiscales abusivos promovidos por Colau pero indignamente apoyados por muchos que la critican (PSC, ERC, Junts, Valents, PP…) pero luego se apuntan al carro de la mala gestión, que es recaudar mucho y ofrecer poco a cambio. Hay que rebajar seriamente la presión fiscal municipal con el ojo puesto en la inflación. Hay que achicar sensiblemente el IBI. Yo estoy por una revolución fiscal no bolivariana ni pensada para crear y regar toneladas de chiringuitos, sino a favor de las clases medias y superpagadoras. Que ya está bien.
7. Revisión del contrato de limpieza, empecemos por gastar bien ese dinero que a espuertas se recauda, empecemos por destinar por ejemplo 100 millones más de lo que se destina ahora a mantener las calles limpias de residuos, de ratas, de cucarachas y de bolsas de basura dejadas a la puerta como en tiempos de la posguerra.
8. Superillas fuera. Así de claro y así de simple. Ni una más. En cuanto a las que ya hay, consultas populares (podemos llamarlos referéndums si les hace ilusión) para que los vecinos digan lo que de verdad piensan de vivir dónde viven y cómo viven, y de qué ventajas y desventajas de movilidad les ha traído el colauismo. Sí a pacificar (peatonalizar, ¿por qué no llamamos a las cosas por su nombre?) parte del centro, sí a los ejes verdes, sí a combatir los atascos perpetuos y la contaminación. Pero hay que hacerlo, primero, por CONSENSO. Y segundo, con CABEZA. Hay que tener un PLAN y no cargarse el que ya había y hay, el Plan Cerdà. Ah, por cierto, descontaminar no es cambiar la contaminación de calle o de barrio. Por lo mismo que acribillar al conductor con nuevos radares que ponen hasta 4 multas por minuto va totalmente en contra de nuestra idea de urbanismo y hasta de urbanidad.
9. Menos guerrilla institucional, más infraestructuras. No puede ser que el Ayuntamiento, la Generalitat y el gobierno de la nación, enredados en una tupida telaraña de intereses, se tiren a la cabeza cosas como la ampliación del Prat o la Ronda del Vallès cuando políticamente les da rédito, y se olviden de materializar las cosas con luces estratégicas largas, ayudándonos a todos a crecer, no a decrecer. ¿Será posible que alguien proponga encima quitar las líneas low cost del Prat y desviarlas a aeropuertos como el de Girona y de Reus? ¿De verdad creen que va a colar desvestir a un santo para malvestir al otro? Si seguimos empalmando ocurrencias, en lugar de fomentar un urbanismo estratégico, que de verdad ponga a trabajar a todas las instituciones juntas como más o menos se consiguió alrededor del proyecto olímpico, nos iremos autosepultando, palada tras palada de decadencia.
10. Barcelona es bilingüe y es además la gran capital del bilingüismo. Es una vergüenza que la alcaldía se apunte a la hispanofobia rancia y casposa de la Generalitat independentista, es una vergüenza que se intente eliminar el uso normal del español en la Administración municipal en un pasmoso ejercicio de franquismo lingüístico inverso. Ciutadans dará la cara siempre por las personas y entidades que defienden la libertad de lenguas en Cataluña, no como otros que se apuntan al “catalanismo cordial” y al constitucionalismo de los pactos del Majestic. ¿Dónde estaríamos si Ciutadans no hubiera normalizado el uso del español en el Parlamento catalán, donde los primeros diputados del PP que osaron hablarlo fueron expedientados por su propio partido? Bueno, pues en el Ayuntamiento de Barcelona también seremos los primeros en frenar la limpieza étnica contra los hispanohablantes, las multas a los comercios por rotular en la lengua oficial de su elección, etc.

En fin, queda mucho en el tintero, en el mío y en el vuestro. Porque yo voy a Barcelona con ánimo de escuchar a todo el mundo. Prometo ponerme a disposición de todo el mundo, trabajar mucho y no mentir. Es lo que he hecho siempre y no voy a cambiar ahora.

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