Sabino Arana, el fundador del PNV, cuenta con una calle en Barcelona, en el distrito de Les Corts. Que este personaje racista y que se dedicó a extender el odio hacia todo lo que sonara a español tenga este homenaje en el nomenclátor barcelonés, es indignante. Este personaje dijo cosas terribles sobre España, como la siguiente: «Si a esa nación latina [España] la viésemos despedazada por una conflagración intestina o una guerra internacional, nosotros lo celebraríamos con fruición y verdadero júbilo, así como pesaría sobre nosotros como la mayor de las desdichas, como agobia y aflige al náufrago el no divisar en el horizonte ni costa ni embarcación el que España prosperara y se engrandeciera».
Bartolomé Robert, más conocido como el “Dr. Robert”, fue alcalde de Barcelona durante unos meses, pero su hazaña más destacable, desde el punto de vista nacionalista, fue su querencia por medir cráneos. Se empeñó en estudiar la capacidad encefálica de los catalanes con respecto a la de otras zonas de España, y dio, siendo el primer edil de esta ciudad, una conferencia en la que comparó cráneos y defendió la existencia de una “raza catalana”. Robert tiene un monumento inmenso en el centro de Barcelona, y cómo fue uno de los fundadores de la nacionalista Lliga Regionalista nadie se lo quitará.
Pompeu Gener tiene una plaza en el barrio costero de la Barceloneta. Este escritor fue uno de los principales ideólogos del nacionalismo etnicista catalán de inicios del siglo XX. Les dejamos con un par de sus perlas: “En España, la población puede dividirse en dos razas. La aria (celta, grecolatina, goda) o sea del Ebro al Pirineo; y la que ocupa del Ebro al Estrecho, que, en su mayor parte, no es aria sino semita, presemita y aun mongólica [gitana] (…) Nosotros [los catalanes], que somos indogermánicos, de origen y de corazón, no podemos sufrir la preponderancia de tales elementos de razas inferiores”. Y esta otra, que aún es más evidente: “Creemos que nuestro pueblo es de una raza superior a la de la mayoría de los que forman España. Sabemos por la ciencia que somos arios”.
Enric Prat de la Riba es uno de los grandes creadores del cuerpo doctrinal del nacionalismo catalán. Cuenta con una plaza en el distrito de Sarriá. Entre sus numerosos textos, destaca con luz propia el siguiente: “Cataluña tiene la fuerza de la prosperidad económica, con su acompañamiento natural de energías intelectuales, morales y artísticas; la tiene menos intensa, es verdad, que las naciones extranjeras bien gobernadas; pero es, con contadas si bien honrosas excepciones, prácticamente la única dentro de España, la principal representante de la civilización europea en ese fajo mal atado de kabilas africanas que el Estado español encarna”.
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