El ex consejero Carles Mundó se ha dedicado a ir de medio en medio de comunicación llorando por haberse pasado unos días en la cárcel, sin considerar que su pertenencia al gobierno autonómico más delictivo de la historia reciente de la democracia española tiene mucho que ver con sus tragedias carcelarias.
Y, desde luego, nada que ver con su ideología, porque en España, que es un país democrático, no se encarcela a nadie por ser separatista, sino por cometer delitos o, como fue el caso de Mundó, en prisión preventiva por existir indicios o que haya riesgos, como el de fuga o de destrucción de pruebas.
Mundó fue uno de los abogados promotores de la asociación Drets, entidad de abogados secesionistas que formó parte de la cacería que sufrió Josep Ramon Bosch, el ex presidente de Societat Civil Catalana. Ok diario desveló ayer que Bosch había sido espiado por los Mossos d’Esquadra, cuerpo policial dirigido por el gobierno del que la ‘víctima’ Mundó formaba parte como consejero de Justicia. Para que luego vaya dando lecciones de democracia.
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