Pere Aragonès y Jordi Turull han mantenido diversas reuniones desde el pasado viernes, pero han sido incapaces de alcanzar un acuerdo de mínimos para salvar el Govern.
No se descarta que puedan llevarse a cabo más reuniones en las próximas horas para poder sellar un pacto, pero todo hace indicar que será la militancia de Junts la que decida el futuro del ejecutivo de Pere Aragonès y la continuidad de los neoconvergentes en el mismo.
Las exigencias del partido de Laura Borràs y Turull son inasumibles para Esquerra, así lo aseguran desde el Palau de la Generalitat: restituir al vicepresidente, Jordi Puigneró; cambiar la composición de lo que llaman ‘mesa de diálogo’, y que la dirección estratégica del proceso se reúna la próxima semana bajo el liderazgo del Consell de la República — el chiringuito de Carles Puigdemont –.
Este lunes se vuelve a reunir la dirección de Junts para valorar los posibles avances con Esquerra, pero la realidad es que no existe ningún tipo de acuerdo y ahora les tocará decidir las reglas de la consulta a la militancia los próximos 6 y 7 de octubre, y la pregunta que llevarán a cabo a las bases.
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